Tengo Miedo Torero, de Gerardo Berégez






Un amor de la Loca del Frente

Por Perez Artaso Ariana


Los libros del escritor chileno Pedro Lemebel se convirtieron en una de las figuritas difíciles de conseguir. Hace meses que les sigo el rastro: busco, detrás de algún exhibidor o vidriera, un indicio de su paso. Rastreo lentejuelas o piezas falsas de bijouterie barata que atraigan mi mirada con sus brillitos plásticos. Pero nada.


Inhallable en las librerías de nuevo y de viejo en Buenos Aires, a Lemebel vengo a encontrarlo finalmente en uno de los tantos teatros que habitan en nuestra ciudad.


Tengo Miedo Torero fue la primera novela publicada por Lemebel y hoy Gerardo Begérez expone su versión en el Teatro La Comedia al ritmo de los boleros y atentados que signaron la porción de historia que conocemos de la Loca del Frente.


Y claro, caí en la trampa con la que solemos trastabillar los descuidados: fui en busca de Lemebel pero me encontré con Begérez y su mirada. Pareciera ser que esto siempre genera un choque de mundos posibles e interpretaciones infinitas que toda trasposición implica y propone.


La manera en la que el director imaginó a esta entrañable Loca del Frente enamorada de su revolucionario Carlos, miembro de activo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, genera ternura en su búsqueda exagerada. Como si los pies le quemaran, nuestra Loca corre a sus gastados zapatitos de tacos altos, revoleando prolijamente su calzado masculino. El hogar de la Loca del Frente es el espacio en el que los colores, tristemente opacos, tienen la oportunidad de por lo menos desear brillar, soñando con un destello que alguna vez pueda ser observando.

A la vez, Begérez imaginó también a su Lucía Hiriart –la esposa de un muñeco encajonado, la compañera de un tirano-, con sus sombreros llamativos, sus joyas relucientes y sus pretensiones despampanantes de cenas con encajes y comensales irrisoriamente impolutos.


Las dos historias –la de Lucía y la de la Loca-, se cruzan como dos polos predestinados a rozarse; un sombrero amarillo o un atentado revolucionario son las excusas para que sus mundos tan disímiles se trastoquen, aunque más nos sea por unos segundos.


La historia convulsionada de Chile en la segunda mitad de los´80, similar a la que muchos países Latinoamericanos sufrieron, es el escenario de Tengo Miedo Torero. Sus personajes lo transitan como pueden, con sus luchas internas y con sus batallas externas. Mientras, la esperanza brota tímidamente cuando los estruendos de la violencia dejan paso a los latidos de la Loca del Frente, que nos canta y que nos baila sin importarle demasiado ser espiada.



Dónde: Teatro La Comedia. Rodríguez Peña 1062. Sala 2.

Cuándo: Lunes a las 2º.30hs. A apurarse, que quedan sólo dos funciones.

Cuánto: 30$.


Ficha Técnica-Artística

Actúan. Marcelo Iglesias, Carlos Linale, Hana Fleischmann y Julieta Bottino.

Tengo Miedo Torero: Libro de Pedro Lemebel.

Dramaturgia: Gerardo Begérez.

Diseño del espacio escénico y luces: Gerardo Begérez.

Asesor de vestuario: Martín Sal.

Realización escenográfica: Horacio Reyes Páez.

Fotografía: Soledad Tejón.

Coreografías: Karina Kogan.

Diseño Gráfico: Alejandro Persichetti.

Asistente de dirección: Agustina Barbosa.

Dirección general y puesta en escena: Gerardo Begérez.

Dirección:

jimenarepetto@gmail.com

Ariana Pérez Artaso
capullodealeli@gmail.com

Equipo de redacción:
Marilyn Botta
Carmela Marrero
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Diseño y moderación:
Pablo Hernán Rodríguez Zivic
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