Por Marilyn Botta
Desde el limbo, una terraza o una celebración de boda, en un sitio de fantasía cubierto de tules blancos, hay dos mujeres que se levantan como saliendo desde adentro de una nube. En el inicio todo parece irreal, hasta que pronto comenzamos a escuchar las palabras firmes de estos personajes que logran desde ese momento capturar nuestra atención en este Pequeño drama para dos mujeres.
El escenario hace también las veces de ring, donde se baten a duelo estas mujeres que se atraen y se alejan al mismo tiempo porque tienen algo en común: el deseo de encontrar un hombre. Una de ellas hace una descripción sobre lo que siente cada vez que se cuela en una boda para agarrar el ramo o sacar el anillo, revela sus estrategias desarrolladas a través de la experiencia. Pero también su desilusión porque sabe que todos esos anillos y ramos, que ya forman una colección, no le van a servir porque no fueron producto de su destino. Hay momentos en los que, escuchándolas hablar sobre lo que es una fiesta de boda para una mujer soltera, o sola, les aseguro que da la sensación de que la autora se metió realmente dentro de la cabeza de más de una mujer y eso es lo que nos está mostrando en escena. La otra en cambio se dedica a alimentar sus fantasías espiando a un vecino. Desde las sombras lo alimenta con cortes de carne que no solo cocina para él sino que ella misma aprendió a cortar en una carnicería, y que le deja a este hombre a modo de ofrenda sin revelar su identidad. Dice que es un hombre con cuernos, a lo que su compañera le responde: “estás tan acostumbrada a la desgracia que me das pena”.
Andrea Chacón Alvarez, la directora y dramaturga juega con los antagonismos, la lucha de fuerzas entre dos mujeres que se quieren y se odian, pero que no pueden vivir la una sin la otra. Buceando en el interior de sus personajes y de lo que buscan, cuenta de una manera cruda las obsesiones, deseos y vericuetos de los sentimientos. Dejando ver las necesidades y ansiedades, la insatisfacción y la envidia que puede provocar que la persona más cercana llegue a lograr la felicidad que uno no puede, o no se atreve. No falta el absurdo y lo naíf, el humor y la reflexión. Son muy buenas actuaciones las de Nadia Marchione y Sylvia Tavcar que interpretan a estas mujeres torturadas que por momentos pueden ser algo tiernas y por momentos bastante perversas. El vestuario ayuda a que a veces ellas parezcan niñas, con sus vestidos de colores, zapatillas al tono y hebillitas que apenas sujetan sus cabellos, corriendo a los saltos en una escenografía que parece una nube blanca.
Pequeño drama para dos mujeres, no es tan pequeño, y no es solo para dos mujeres. No se la pierdan. Habrá quienes se sientan identificadas con esto, y los que no, podrán entender a las solteras que están en el limbo y esa taquicardia que experimentan cuando ven volar un ramo de novia por el aire, aunque muchas aseguren que ya no creen en eso.
Ficha técnico artística:
Intérpretes: Nadia Marchione-Sylvia Tavcar
Vestuario: Gabriela Delmastro
Música: Christian Basso
Diseño de luces: Mariano Arrigoni
Producción ejecutiva: Fabián Paterno
Entrenamiento en Pa Kua: Maru Waldhüter
Fotografías: Cristina Pereyra-Rodrigo de la Fuente
Realización de vestuario: Juanita Rosario Flores
Diseño gráfico: Maru Waldhüter
Producción general: Todxs Juntxs
Dramaturgia, diseño de espacio y dirección: Andrea Chacón Alvarez
Prensa: Caro Alfonso
ESPACIO URBANO
Funciones: domingos a las 19 hs.
Acevedo 460/62 - 4854-2257.
Entradas: $30 y $20 (descuentos a estudiantes y jubilados).
Duración: 60 minutos
Este espectáculo cuenta con el apoyo de Proteatro.
Pequeño drama para dos mujeres fue seleccionado para el Festival de Teatro de la Ciudad de Buenos Aires, Escenario Porteño 2007, y para el Encuentro de Antropología Teatral y Artes Escénicas, en Bahía Blanca, 2008.
