Ensayo espontáneo acerca de las ciudades en el cine

Por Vivian García Hermosi


Siguiendo mi ensayo sobre las ciudades y el cine, hoy de nuevo voy a hablar de Buenos Aires.



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Happy together es una película de 1997 de Wong Kar Wai, que, al igual que Gilda, -la película de 1946, no la cantante de cumbia-, tiene a Buenos Aires como escenario, sólo que 50 años después.

Lo mismo que me pasó mientras miraba Gilda cuando era chica, me pasó cuando vi Happy Together. Volví a sentir un extrañamiento visual muy intenso por algo que conocía demasiado. Es como descubrir de un día para el otro que tu novio te engaña o que tus padres te ocultaron que sos adoptada.

Sin embargo, esta sí era Buenos Aires. No era un escenario impostado. Eran sus calles. Sus pensiones. Sus lugares de comida oriental. Su cumbia. Sus colectivos. Ahí estaba en la pantalla el 29 -un colectivo que me tomo todo el tiempo-, las verdulerías, la gente que escuchaba las transmisiones de fútbol por la radio, las mismas ventanas. Y sin embargo, era una ciudad otra. Un punto de vista particular. Una historia de amor sencilla, pero complicada, de esas que te estrujan el alma durante el tiempo que dura.

Lai Yiu-fai, el protagonista principal, se encuentra en el proceso de reconstruir su corazón después de tanta ternura y violencia desparramada por La Boca. Al mismo tiempo donde se reconstruye un corazón se reconstruye el imaginario de una ciudad viva: no es la ciudad acortanada que muestra sólo bailarines de tango y gauchos con bombachas. Esa clase de cosas que estamos acostumbrados a ver cuando nos miran desde afuera.

Finalmente Lai Yiu-fai decide volver a Hong Kong pero no sin antes viajar a conocer Las Cataratas de Iguazú, algo que tenía pendiente con su amante antes de la ruptura.

Al mismo tiempo, la película rompe con el imaginario que tenemos del turista oriental que saca fotos y tiene dólares. Lai Yui-fai no es un turista. Es uno más. Trabaja para vivir. Trabaja para comer. Su novio se prostituye para ganar dinero. Duermen en un lugar miserable, una habitación de pensión despojada, llena de pulgas, de mugre, de cocina compartida.

Escrita sobre una novela de Puig, se puede decir que el resultado fue producto de the Buenos Aires affair de Wong Kar Wai. La proximidad con que se acerca a la ciudad, la naturalidad con que se sale hacia los exteriores, la manera es volver a darle un halo de maravilloso a lo que tenemos naturalizado, parecen que te despertaran. Te dice “Mirá, y vos pensabas que la conocías y no. Ella es inabarcable.”

Como una mujer impulsiva, la Buenos Aires de Wong Kar Wai es la ciudad próxima y la ciudad lejana.

Una mujer exhibicionista y hermosa que no tiene problemas de salir desnuda frente a las cámaras.



(Continuará el siguiente miércoles...)


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