Impalpable, de Sergio Calvo e Ignacio de Santis


Tres mujeres oriundas de un pueblo de la Pampa. Conversaciones saturadas de palabras, anécdotas, sueños y frustraciones. Una pastelería. La omnipresencia del chisme. Lo cinematográfico como entidad autónoma en la que es posible habitar, porque ese es el espacio de deseo y ensoñación. Y claro, el universo de Manuel Puig articulando estos componentes. 

En una pastelería trabaja Estela. Por sus conversaciones telefónicas sabemos que antes la acompañaba su amiga, Blanca, pero que ya no está, partió rumbo a la ciudad buscando consagrarse como estrella cinematográfica. A la pastelería llega Lili, la nueva empleada. Lejos de recibir una cálida bienvenida, tendrá que ser paciente hasta ganarse la amabilidad de Estela. Entre harina, huevos y batidores, la relación crece. 

A modo de montaje paralelo, la acción se traslada del pueblo a la gran ciudad, donde encontramos el proceso de Blanca para convertirse en estrella. Los dos espacios se unen en las conversaciones telefónicas: diálogos cargados de lenguaje, cataratas de palabras. 

Como vemos, no se trata de una transposición fiel de los textos escritos por Puig. No encontramos sus personajes y tampoco se reproduce la trama de sus novelas.  La apuesta es mayor: transponer su  universo ficcional y autobiográfico, contemplando tanto el contenido como la estructura que lo configura. 

Por eso, la obra reúne el protagonismo de las mujeres, la construcción del pueblo como espacio agobiante y opresor, el amor frustrado, el secreto, los sueños y el cine. También por eso, Impalpable articula la trama utilizando más de un recurso cinematográfico. La iluminación que permite encuadrar la acción en una pantalla y acercar el foco hasta lograr primeros planos. La escenografía, funcional al sketch cómico, las actrices compiten por hacer la mejor torta y eso desencadena una escena de persecución al mejor estilo Chaplin, entrando por una puerta y saliendo por la otra. Un pianista toca en vivo acompañando la trama con melodías que rememoran el cine clásico. 

Más aún,  Impalpable recupera la estructura fragmentada, hecha de retazos y superposiciones, característica de la narrativa de Puig. Así, se produce el encuentro entre los tres códigos que marcaron su obra: literatura, cine y teatro. También así, se construye la multiplicidad de voces que conviven sin jerarquías y que hacen del discurso un verdadero espacio dialógico -no es casual que la obra sea resultado de la escritura grupal-.

La invitación no se limita a quienes ya han incursionado en la narrativa de Manuel Puig, como buena transposición, la obra es una entidad autónoma que tiene valor en sí misma y que podemos disfrutar sin necesidad de tender puentes entre los dos universos. Vale la pena ir a verla en esta, su tercera temporada. 

Por: Carmela Marrero Castro.

Funciones:
Mayo: funciones viernes a las 21 hs. y domingos a las 19 hs
Lugar: El Extranjero Teatro, Valentín Gómez 3378
Entradas: $70 / $50 para jubilados y estudiantes
Reservas: http://www.elextranjeroteatro.com o al 4862-7400


Ficha técnico-artística.

Co-dirección: Sergio Calvo – Ignacio De Santis
Actrices: Elisa Bressán, Paula Manzone, Malena Schnitzer
Música original e intérpretes: Nicolás Bari, Matías Niebur
Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez
Diseño de luces: Sandra Grossi
Vestuario: Jam Monti
Fotografía: Natalia Rubinstein
Diseño Gráfico: Sergio Calvo
Prensa: Débora Lachter
Producción: Mariana Eramo, Carolina Castro
Asistencia de dirección: Mariana Eramo
Dramaturgia: Sergio Calvo, Ignacio de Santis, Catalina Alexander, Elisa Bressán, Malena Schnitzer




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