TABA-TABA, de Bernard Marié Koltès


Atención amantes del teatro: no siempre tenemos en Buenos Aires la posibilidad de ver representada una obra de Koltès. Nunca deja de seducir la idea de ver cómo resuelve un director una puesta de este autor. Ahora, en el teatro El espión, el director Rafael Garzaniti decidió enfrentarse con la obra de este genial dramaturgo francés, y eligió para ello una pieza no tan emblemática, lo que supone un doble desafío. 

Bernard-Marie Koltès es uno de esos autores que uno se alegra de descubrir. No es tal vez un nombre tan famoso, pero en el ámbito del teatro, y sobre todo del teatro francés, es ya un clásico contemporáneo. Perteneció a una generación de autores que salieron a la luz en Francia alrededor de los años ochenta, es decir, posteriores al Teatro del Absurdo, y se ubicaría en lo que suele llamarse la posmodernidad. Incluso en una época en la que la diversidad comenzaba a ser la regla, las obras de este dramaturgo eran particularmente originales. Compuestas por inteligentes diálogos que coquetean entre un tono despojado y una lúcida densidad filosófica, se trata de piezas que reflejan de manera muy peculiar una sociedad fragmentada y en las que la marginalidad cobra una forma poética.

Taba-Taba es una historia en la que la soledad es el punto de encuentro. Dos hermanos, Maimouna y Petit Abou, viven apartados en la imposibilidad de sentir como propios los comportamientos “normales” de la gente de su pueblo. El pequeño Abou deposita todo su deseo en su Harley-Davidson y pasa el día junto a ella; Maimouna, como hermana mayor y responsable de su crianza, se siente humillada ante esa conducta y pretende orientarlo hacia un afuera más social. Pero a medida que la obra avanza, se deja ver entre ambos una oscura complicidad que mitiga la angustia por no pertenecer. La perversión los mantiene alejados de la sociedad, pero al mismo tiempo es el lazo que los une.  


La propuesta de Garzaniti es audaz en cuanto a la interpretación de esta obra, cuya versión original consta únicamente de diálogo y carece de acotaciones. Se reponen ciertos elementos que le dan a la obra una dirección fija. Uno de los puntos fuertes de la puesta es la construcción de una atmósfera cuyo clima se vuelve perturbador. Se trata de una obra de corta duración, pero en ella el tiempo adquiere una dimensión extraña y nos transporta a una noche de insoportable calor en Taba-Taba. La audacia de este director radica en buena medida en no preocuparse por proteger al espectador de la incomodidad que puede generar el enfrentarse con ciertas cuestiones humanas cuando se presentan sin tanto disfraz, a lo que los actores responden con entrega. Es una buena oportunidad para acercarse a una apropiación diferente de una obra de Koltès. 

Por: Leticia Berguer.

Ficha Técnico-Artística. 

Dirección y puesta en escena: Rafael Garzaniti
Elenco: Helena Nesis: “Maimouna” – Silvio Parapugna: “Pequeño Abou”
Asistente de Dirección: Agustina Altieri Pan
Asistente de obra: Matías Villarruel
Música original y operación de sonido: Matías Villarruel
Vestuario e ideas escenográficas: Mariana Arzola
Operadora de luces: Matías Asenjo
Productor Ejecutivo: Santiago Garrido
Esta obra tiene el aval  y el auspicio de la Embajada de Francia

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