Agustín Mendilaharzu responde:



“La sociedad no puede ni quiere premiar el talento en estado “puro”, sino la eficacia con que ese talento es aplicado a algo concreto y, sobre todo, la visibilidad de ese hecho. Los personajes de nuestra obra tienen dificultades grandes en esos planos, el de la aplicación del talento y el de la difusión de lo que esa aplicación puede producir. Y esto podría no ser un problema si ellos fueran unos cínicos convencidos. Pero no lo son. Y saben que el talento, desde su sentido bíblico, es un don que se recibe para hacer algo con él. Y que quien recibe un talento no es feliz si no logra ponerlo a trabajar, a producir.”, dice Agustín Mendilaharzu quien escribió y dirigió Los Talentos, junto a Walter Jakob. Esta obra cosechó premios de todo tipo y llena las salas de El Kafka miércoles y sábados. 

Revista Siamesa recomienda decirle que sí a esta propuesta que está en escena hasta fines de mayo. Para saber más, acá Agustín responde nuestro cuestionario.


¿Cómo se conformó el grupo de trabajo?
Contamos esto muchas veces. Walter Jakob y yo nos conocemos desde siempre. Nuestras madres son grandes amigas, lo eran antes de que naciéramos y lo fueron mientras estaban embarazadas de nosotros. Nacimos con dos meses de diferencia y fuimos amigos toda la vida. En 2000 empezamos a ir los dos al taller de actuación que daban Javier Daulte y Alejandro Maci, y al año siguiente, al taller de dramaturgia de Daulte. Ahí yo empecé a escribir este material solo, a lo largo de todo el año. Pero quedó inconcluso y abandonado. Walter vino tiempo más tarde con la propuesta de que yo terminara de escribirlo, y él lo dirigiría. A lo largo de seis años, exhumamos y enterramos el material un montón de veces. Hasta que nos decidimos a terminarlo. La fase final de escritura tomó un año entero. En un momento de ese proceso, nos dimos cuenta de que ya estábamos escribiendo y virtualmente dirigiendo el material juntos, y nos hicimos cargo de eso. Sólo cuando tuvimos una primera versión del texto llamamos a los actores. Habíamos coincidido en proyectos anteriores con Julián Tello y Julián Larquier, teníamos mil amigos en común, excelentes referencias... Fueron nuestra primera opción. Empezamos a ensayar con ellos mucho antes de que se incorporaran los otros dos actores. A Pablo Sigal no lo conocíamos para nada. Nos lo recomendaron por varios lados. Y el día del primer ensayo no quedó ninguna duda de que él debía ser Pedro. El caso de Carolina Martín Ferro fue distinto: habíamos pensado en ella desde el principio, pero no le dijimos nada hasta que se acercó el momento de incorporarla a los ensayos. Magali Acha se hizo cargo tanto de las luces como la escenografía. Estrenamos sin asistente de dirección, pero al tiempo incorporamos a Agustín Godoy.

¿Cómo fue el proceso de puesta de la obra?
Como ya dije, empezamos los ensayos con una primera versión del texto completo y, más allá de que hubo muchos pequeños ajustes debidos al encuentro entre actores y letra, el texto se modificó bastante poco. Ensayamos durante un año entero, dos veces por semana casi todo el año e intensificando cuando se acercaba el estreno. Al principio estuvimos varios meses solo con los Julianes, probando cosas, buscando. Fue muy difícil encontrar el tono y la forma de actuar aquello. Pablo y Carolina se incorporaron a medida que íbamos llegando a las entradas de sus personajes. Es decir, trabajamos cronológicamente, y dedicándole muchísimo tiempo al inicio, que es seguramente la parte más radical de la obra, aquella para la que teníamos menos referencias. Tuvimos la enorme suerte de conseguir un lugar prestado para ensayar, y la increíble suerte de que las dimensiones de ese lugar coincidieran casi exactamente con las de la sala en la que estrenamos. Walter y yo planteamos una disposición espacial y Magali diseñó la escenografía respetando esa configuración.

¿Cómo funcionaron trabajando en conjunto?
Nos potenciamos brutalmente y nos llevamos genial.
A nivel personal, 

Una obra, una peli, un libro:
La estupidez, de Rafael Spregelburd. La regla del juego, de Jean Renoir. La luna y las fogatas, de Cesare Pavese.

¿Por qué te dedicás al teatro?
No lo sé, pero me gusta mucho.

En qué momento decidiste empezar a dirigir y por qué
Cuando descubrí que me iba a hacer infeliz no participar de la puesta en escena de la obra que había imaginado y escrito.

Un obstáculo que hayas tenido que vencer...
Mi propia pereza.

De quién aprendiste
De toda la gente con la que estudié, entrené y trabajé.

Una lección importante:
La que contiene la canción Work, del disco Songs for Drella, de L. Reed y J. Cale

Un objetivo:
Seguir produciendo.

Un talento oculto:
Sé remar.


 
Ficha técnico artística

ELKAFKA ESPACIO TEATRAL
Lambaré 866 
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4862-5439
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Miércoles - 20:30 hs - Hasta el 30/05/2012
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Sábado - 23:00 hs - Hasta el 30/05/2012




Premio Mejor Autor Trnidad Guevara 2010  - Premios "S" 2010 - Ganador del Primer Concurso de Trailers organizado por Alternativa Teatral - Nominado al Premio Trinidad Guevara Revelación Femenina - Nominado al Premio Florencio Sánchez Actor Revelación (Pablo Sigal)- Nominado al premio Teatro del Mundo Mejor Iluminación.












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