Escrito en la ventanilla de Carolina Bello.

Relatos en un fotograma.
Por María José Olivera Mazzini.

Escrito en la ventanilla es un libro que invita a jugar al son del rock and roll.

Los comienzos de este juego son en el blog homónimo, en donde Clementina intercambiaba cuentos en la web con sus lectores. Ese blog fue un espacio de prueba y desafío, y fue también la muestra más clara de que la literatura es, cuando alguien la lee. Un día el blog calló su voz, y ahora - y al fin -  irrumpe el libro. Que más que un punto de partida hacia las lecturas es un primer punto de llegada.


Los cuentos que integran este libro no son los llamados micro relatos o micro ficciones pero su extensión es breve, salvo contadas excepciones. Esto hace que la lectura sea concentrada, una historia de principio a fin transita cada página. La brevedad de los relatos lleva a que la experiencia de la lectura de cada uno de ellos sea intensa y única. Más allá de la clasificación posible, siempre tirana y arbitraria, en la que se puedan incluir los cuentos de este libro, lo que se nos presenta son historias mínimas que hacen del acto de lectura un fugaz instante eterno.

El juego está dado en primer lugar por la multiplicidad de narradores; es una niña o un niño,  una joven o un varón, Clementina o un narrador externo; o una pistola. La voz narrativa  transmuta en cada relato, se trasviste y juega a ser todas las voces posibles, incluso la propia sin ánimo de esconderse. Sin embargo, este hecho no incomoda, las variaciones en el registro lingüístico acompañan de manera sorprendentemente verosímil conformando un collage de personajes bien construidos y con cosas para decir. Las voces emergen y desaparecen, pero el juego las une aunque no lo sepan.

Uno de los elementos que más llaman la atención es la construcción de imágenes múltiples y diversas que habitan los relatos. Esto hace que leer cada cuento sea como pasar un álbum de fotos, registros visuales que se quedan grabados en la memoria y que invitan por puro placer a leer y leer otra vez. Estas imágenes también transitan por fotogramas muy diferentes que pueden ir desde una cancha de futbol, a un Lou Reed mirando descaradamente,  una habitación de hotel,  o un bar con Tom Waits acodado en una barra. El tiempo se confunde con el espacio, con cada topografía construida a través de sutiles descripciones. Por momentos la tentación de identificar lugares conocidos hace eco y puede verse una foto de Montevideo  y por otros es todos los espacios y no es ninguno. Como sin querer el tiempo sin tiempo cobra fuerza y tono de venganza.

Escrito en la ventanilla le hace justicia al cuento. Invita a viajar por diferentes lugares y personajes. Logra construir en cada relato una historia diferente y llena de sorpresas. Rockanroliza el juego a través de voces que no suenan pretensiosas sino que naturalmente transportan desde una conversación sobre Karate Kid de dos amigos hasta una actriz que cada noche se disfraza y vuelve a empezar. Una literatura que no rinde homenajes de rodillas sino de pie, plagada de intertextualidades que son tan poco soberbias que ruborizan.
Los invito desde estas palabras a jugar con la lectura del libro, que puede abrirse todos los días en una página distinta y ver qué ha deparado el destino de la lectura para ese día. Los invito a dejarse llevar por la emoción de pequeñas historias que quedarán como fotografías en la memoria confundiéndose con los recuerdos de cada lector. Un libro tan ansiado y amado desde su no ser, siempre será un libro que le haga justicia  a la literatura.

El libro todavía no ha sido publicado en Argentina pero es posible leer alguno de sus relatos en el blog Escrito en la ventanilla, mientras esperamos la iminente llegada. 

Dirección:

jimenarepetto@gmail.com

Ariana Pérez Artaso
capullodealeli@gmail.com

Equipo de redacción:
Marilyn Botta
Carmela Marrero
Guido Maltz

Diseño y moderación:
Pablo Hernán Rodríguez Zivic
elsonidoq@gmail.com

Las opiniones expresadas en los artículos y/o entrevistas son exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Revista Siamesa