El partido de la costa se encuentra
al sudoeste de la Provincia de Buenos Aires:
Llego y busco cabañas,
hoteles, hospedajes
cinco estrellas, dos estrellas, una y media
relax, sabores a la carta,
alegría todo el año
bañeros.
En San Clemente, te cuento, hay dos ballenas
que saltan
para la foto
cautivas.
Seis heladeros anuncian
la tragedia cotidiana
lloren chicos, lloren, gritan
y un millón lanza lágrimas como lagarto
a un mar desierto y sucio
cuando atardece.
Hay una desembocadura
eclipse aguado, agridulce,
orgullo regional de San Clemente.
Yo, ex reina de las conchillas,
apoyo los pies en la playa
y juro
olvidarme de tus imágenes
o sus posibles combinaciones.
Te mandé un mail,
te contaba estas ridiculeces.
Ayer tuve un sueño firme
te pedía que me buscaras
constelaciones entre las pecas.
Me escribiste
“En Buenos Aires el calor agobia,
ojalá no llueva.”
Y no me importa
no me importa
no me importa
repito hasta que lloro
sobre las teclas de la máquina catorce
mientras suena una cumbia que canta
feliz y canta
al sol, a la playa, a los culos,
a la posibilidad de que el infinito se detenga.
Paraíso familiar
donde naufraga el instinto.
Mil aves migratorias
clavan sus huellas:
Y
Y
Y
Y amanecen los médanos sellados.
Quiero que seas mi Man Ray
y me dibujes dos olas en la espalda
soy tu Alfonsina y me corto
la palma de esta mano
con el filo de la espuma.
Suicida por un día,
estrella de radio y televisión.
Una cámara me ve y transmite
“ahogada fallida
en playa tercermundista”.
Mando un saludo para todos los que me conocen,
en especial para vos.