Habla Casandra, de Rhea Volij


 El cuerpo de la palabra

Por Micky Cartwright


Era apenas la segunda vez que veía butoh en vivo. Sabía que era una danza de las metamorfosis que se creó después de Hiroshima. Una danza “de las tinieblas” que intenta capturar las sutilezas del alma. Con esta poca información me vi frente a Rhea Volij, gran maestra y bailarina de butoh. Esperaba un baile sin coreografía y un teatro sin actuación, ya que algunos lo definen así. Esperaba quedar asombrada, pero no hipnotizada por el encanto que tiene una mujer que se regocija en su propia búsqueda. Entonces…

Ella despertó como una flor en medio del desierto. Ella: angiosperma con estambre de ideas dormidas, impacientes por ser trasladadas a su estigma y florecer.  Aparecer. Ser, por un instante, presencia total.
                                                                                                            
Bloom”, tantas veces “bloom”, “bloom”, “bloom”, “bloom”. La intuición femenina de una mujer que intenta escucharse desde los pies, desde sus más profundas raíces. Casandra. Poseída y bella en su robótica indelicadeza bailó; no fue más que un reflejo vivo y tangible del espíritu que se busca a sí mismo. 

A veces antigua, longeva y sabia, otras veces tan recién nacida y cándida. Pequeña. Modesta. Surgía el inconsciente en un cuerpo tieso que parecía oxidado. Y cuando el sonido ya no era necesario, cuando esa danza poeta había hipnotizado al espectador diciéndolo todo en el cuerpo… “kof kof” gimió el espíritu. Aparece esa audacia de la voz que tiene el Butoh.

En ese ir y devenir mujer, es cuerpo lleno de vida que actúa, que aparece y desaparece en instantes. Cuerpo vacío a la espera del polen, del cosmos, de la tierra fecunda. Ella, Casandra, en un estado de permanente apertura es cada vez más cuerpo para menos cuerpo. Es feminidad, fertilidad, procreación.

Ir a ver a Rhea Volij bailar, es ir a ver poesía que emerge y se hace materia. Una materia extraña que parece prismarse detrás del bailarín.

Una experiencia única.


Director: Rhea Volij 
Actúan: Rhea Volij 
Iluminación: Eduardo Safigueroa 
Diseño gráfico: Kosmonaut 
Producción: Laura Rey-Rhea Volij 
Vestuario: Líbera Woszezenczuc / Laura Petrolo 
Asistencia de dirección: Alfrida Podlischevski 
Coreografía: Rhea Volij 
Música: Eduardo Frelenbok 
Escenografia: Carlos Coccia / Camila Di Mia 
Prensa: María Sureda 


Duración: 40 minutos.
Localidades:
general: $ 45
jubilados y est. universitarios: $ 30 (presentando acreditación)
Días y Horarios:
Domingo 18:00 hs.

El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960











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