Casas para Catástrofes, de Lucila Gradín

La virulencia de la imaginación

Por Pablo Quatrini

Barrio de la Recoleta. Sus edificios imponen un estilo particular al igual que sus amplias avenidas y parques armoniosos, y en su conjunto, imprime una marca porteña que a la vez, se entremezclan los olores de la garrapiñada, los turistas, el bullicio de los colectivos, las mujeres que ofrecen tarot por doquier y de golpe, en el medio de ese enjambre, la muestra de dibujos de Lucila Gradín.

En el multifacético Centro cultural Recoleta, Revista Siamesa visitó “Casas para catástrofes” donde la creatividad y la imaginación son protagonistas y que, por un instante, nos salva de de la cruel realidad, de aquello que nos hunde y que nos desahucia. Lucila con su impronta artística nos deja a reparo de los fenómenos naturales: ante la manera intempestiva de los Tsunamis, las avalanchas o las inundaciones, aparece su dibujo creativo.

Los fenómenos naturales son. No son violentos. Violento es el ser humano que aplica la crueldad sin cesar, la barbarie a mansalva. Cuando ocurre un fenómeno natural acontece la furia desmedida sobre la humanidad indefensa. Pero ahí no hay cálculo, frialdad. El hombre cuando lleva acabo alguna de sus obras, cuando la demencia del dinero lo hace posible todo, rompe barreras que parecían inquebrantables.


Después de Auschwitz, nada nos puede sorprender. 


Lucila a través de su obra, nos hace pensar, qué pasaría si, tal vez,  el ser humano pudiese inventar un salvavidas -una especie de gomón enorme- para resguardar una casa de una inundación. A partir de ahí, todo sería distinto. Quizás ese invento responda a una metáfora exagerada, una hipérbole, lo imposible, la utopía inalcanzable, pero la obra puede apuntar justamente a eso: pensamiento, y que detrás del pensar hay una solución, que entre tanta creación desaforada, maquiavélica, imprudente, las de Lucila también pueden ser posibles.

La muestra está compuesta por tres dibujos, todos realizados con grafito sobre papel, y la ausencia de colores también es una hazaña para hacer jugar la imaginación. Lucila usa desde el blanco hasta el negro pasando por una inmensa gamas de grises y se detiene en los detalles para darle un vuelco poético, fantástico, verosímil. Con sutileza deja expresado, por un lado, la diferencia entre la calma de las aguas que han subido, el viento suave que aparece en medio de la desolación, la quietud que impresiona y por otro lado la ira incontrolable del maremoto que destruye todo a su paso. Dos caras de la misma moneda: una que da estupor y otra que calma, pero ambas con el mismo denominador común: la creación, la esperanza, el pensamiento donde ahí reside la salvación.

La obra no tiene carteles en la fachada del edificio expositor. Tampoco adentro hay ninguna señalética que indique el lugar y al llegar al Multiespacio, donde se exhibe la misma, no hay reseña alguna ni de la obra ni de la pintora. Una verdadera lástima porque sería mas enriquecedor para el visitante que hubiera algún dato que la acompañe.

Como el propio barrio de la Recoleta, es una muestra particular, una posibilidad más en un centro de exposiciones lleno de ofertas y es una oportunidad para que, desde una imagen, el observador deje volar la imaginación y salga del letargo. Que el cuerpo se sacuda con los dibujos y juegue con la fantasía que despliegan esas imágenes. ¿Fantasía irrealizable? Es la pregunta que se formula Revista Siamesa y que cada visitante se tome el desafío de contestarla.

Un poco sobre la autora

Lucila Gradín nació en Bariloche. Se recibió de licenciada en Artes visuales con orientación de pintura en el Instituto Nacional de Arte (IUNA). Ha participado de numerosas muestras nacionales e internacionales como en Perú y en los Estados Unidos. Desde el 2005, realiza intervenciones urbanas.

Ficha técnica

Titulo: Casas para Catástrofes
Lugar: Microespacio - Centro Cultural Recoleta – Junín 1930 (CABA)
Horario: Lunes a viernes de 14 a 21 horas / Sábado y domingo de 10 a 21 horas

Entrada Libre y Gratuita

Duración: Hasta el 15 de agosto