¡Welcome Wallabies!



Welcome Wallabies

     ¿Qué es un Wallaby? Quienes gozaron una infancia a pleno Nickelodeon tal vez recuerden "La vida moderna de Rocko". Esta serie creada por Joe Murray traía las aventuras de este Wallaby que vivía en O-Town junto con su perro Spunky. Para quienes no la conocen, más les vale buscarla por internet para no perderse un clásico de la animación que bien les puede alegrar un sábado a la tarde. Pero volviendo: ¿walla-qué? Si son fanáticos del deporte, específicamente del rugby, algunos sabrán que el apodo de la selección australiana de rugby es nada más ni nada menos que Wallabies, en honor a estos animalitos. Basta de intrigas: un wallaby es una suerte de canguro chiquito, de lo más simpático, hay que decirlo.

          Ahora que llegó el invierno y, con él las vacaciones, los chicos aburridos dando vueltas, los padres desesperados sin saber qué hacer para complacerlos y no encallar en el intento, Temaikèn abrió su temporada con el arribo de auténticos Wallabies. Aunque estos marsupiales sean oriundos de Australia, los que aquí llegaron vienen de la República Checa, a cambio de unas gaviotas nacidas y criadas en tierras patrias.



         Es cierto que Temaikèn está lejos: hay que ir en auto o en el bienamado colectivo 60. También, hay que reconocer que, por el tamaño del espacio y su disposición se entiende que haya que hacer un viajecito. Si bien la entrada no es de lo más económica, hay que decir que este zoológico tiene una arquitectura que favorece un recorrido interesante y divertido, que los espacios de los animales parecen bien cuidados y que la cantidad de especies que presenta da para que hasta el más reacio se sorprenda.
En los sectores de los animales aparecen unos pizarrones que explican razgos típicos de las especies, así como explican sus orígenes y si están o no en peligro de extinsión. El sector de los siete wallabies propone un recorrido en el que los paseantes podrán acercarse a los animales. Incluso al costado del recorrido propuesto aparece un cartel de lo más llamativo "atención: wallabies cruzando".
        Pero, por más tiernos que sean estos canguros tienen la competencia de un par de cocodrilos que reposa en un estanque que permite que los chicos miren por debajo del agua. Por si esto fuera poco, en el acuario los tiburones pasan por un estanque que se levanta por sobre nuestras cabezas; los loros repican nuestros saludos; los perros de la padrera se lucen para las fotos y, las reinas del mambo, las suricatas vigilan atentas apenas ingresamos al parque. Así que ya sea por los wallabies o por ver las caras de nuestros sobrinos ante el mono de cola larga que salta hasta seis metros, ir a Temaikèn es una aventura que vale la pena atravesar, cámara en mano y con tiempo. Porque, eso sí, recorrer todo el parque lleva un día entero de ropa cómoda y ojos bien abiertos.  
       Entonces, sean bienvenidos los wallabies. Si van saluden a Florinda, una wallabie tan cariñosa como herbívora que se luce en las fotos.

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