Poesía Sanitaria de Francisco Moulia.

“Metafísica del adoquín”[1] 
Por Carmela Marrero Castro.

Una obra de arte habilita, o debería habilitar, múltiples interpretaciones. La estructura abierta del arte permite que la lectura se desarrolle en diferentes niveles sin clausurar el diálogo interpretativo. El arte contemporáneo ha buscado evidenciar esta característica experimentado con las posibilidades constructivas. Así, el fragmentarismo, el collage, la ruptura, han sido algunas de las técnicas más utilizadas para potenciar la multiplicidad de sentidos.


En una dirección diferente, pero no opuesta, Poesía Sanitaria es un poemario que recupera la sencillez de la palabra sin agotarse en una lectura unívoca ni lineal. La simplicidad del lenguaje es el encuentro con lo primario. Cada palabra puede ser significada y resignificada, si más allá de lo literal buscamos un sentido otro: “la madera vibraba respondiendo al llamado/ del martillo/ el colchón vibraba respondiendo al llamado/ de la madera/ mis mejillas vibraban… porque todo, en mayor o/ menor medida, vibra” (“Enfisema en el pulmón de manzana”). Todo vibra porque todo está en correspondencia. En el diálogo universal los diferentes elementos se conectan y anulan el fragmento. 

La obra no se agota en la palabra. La fotografía funciona como otro interlocutor que nos interpela y amplía el significado. El libro queda estructurado por tres series fotográficas ubicadas al comienzo, al medio y al final del libro. En un primer plano las series narran el proceso de higiene de las manos. Cuando finaliza el libro las manos desaparecen pero la canilla continúa abierta, y el agua, que purifica, sigue corriendo. El gesto es amplio, explicarlo sería anularlo.

El tono confesional del hablante guía la lectura. La construcción privilegia una mirada subjetiva que no siempre está segura de ser, porque se va construyendo en diálogo e interacción con el espacio: “me busco en la ventana y me empaño/ prefiero seguir masticando nueces, bien adentro/ donde no queda nadie” (“Espacios comunes desde un encierro”). La relación interior/exterior está cargada de tensión. Aceptar la ciudad es necesario, aunque sólo sea para justificar la existencia: “… y me voy/ a la armonía de la calle/ que necesito para disimular que existo” (‘Un, do; un, do, tre va’). Una poesía cargada de metafísica urbana, una metafísica del adoquín.

En este discurrir poético el humor desacraliza el tono solemne. En poemas como “Sin nombre” la reflexión metafísica contiene un conjunto de frases comunes que al estar recontextualizadas no sólo generan distensión sino que también disparan nuevas reflexiones asociativas: “Uno es un número…/ Uno somos todos/ Drogarse depende de Uno/ Entonces: Uno se droga…/ Uno rapidito”

El libro es editado por Nulú Bonsai Editora, dentro de la colección AESC y cuesta 15 pesos. Para obtener más información sobre lugares de venta y demás, visitar: http://nulubonsai.com.ar  

Para leer más sobre la obra de Francisco Moulia pueden visitar su página http://reaccionelefante.com.ar/

El sábado 2 de julio será la presentación. El autor recitará sus textos junto a Darío Barozzi en guitarra y Matías Novelle en percusión. Además Sergio Jiménez (artista que realizó las fotografías incluidas en el libro) hará una performance. 

Lugar: Un lugar en Ortúzar.
Dirección: Álvarez Thomas 1612
Fecha y hora: 2 de julio a las 22:30 hrs.
Entrada libre y gratuita.



[1] Término que en diversas oportunidades ha sido utilizado por el autor para referirse a su poesía. 

Dirección:

jimenarepetto@gmail.com

Ariana Pérez Artaso
capullodealeli@gmail.com

Equipo de redacción:
Marilyn Botta
Carmela Marrero
Guido Maltz

Diseño y moderación:
Pablo Hernán Rodríguez Zivic
elsonidoq@gmail.com

Las opiniones expresadas en los artículos y/o entrevistas son exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Revista Siamesa