ASCO de Santiago Loza



Por Nico Pose


Dos hombres están en silencio en un oscuro hall de edificio. Uno tiene los ojos desorbitados, es difícil calcular lo que quiere decir esa mueca que tiene en el rostro, mueca más relacionada con un hecho desagradable que le haya ocurrido que con un horizonte optimista, si es que el espectador se permite suposiciones. El otro, sentado en una mesa mostrador, lo está mirando, y no es ni más ni menos que el portero nocturno, aquel que custodia los destinos de esa pequeña población de personas-que solemos llamar edificio- y de todo movimiento que le parezca extraño a ella.

Mientras el público se sorprende ante estas dos presencias inmutables, inesperadamente el portero empieza a hablar, y no habla como hablaría cualquier persona, concediendo al diálogo la naturalidad que el pacto de una conversación reclama, sino que habla como si no hubiera podido hacerlo durante años, como si tuviera enfrente a un psicoanalista mudo, y peor, porque tiene esa mueca de asco estampada en el rostro, y además no dice ni pretende decir nada.

Si la obra se abre con la infinita locuacidad del portero, como si fuera su última conversación antes de ser ajusticiado, durante el transcurso de la historia nada cambiará, porque podríamos hablar de un monólogo si el otro cuerpo no estuviera allí. Sólo sabemos que el otro, más joven que el portero, ha bajado porque tiene insomnio, pero no tenemos otras referencias de ese cuerpo inerte, que sólo se limita a escuchar las innumerables historias que le cuenta el portero, desde su relación con su mujer hasta las fantasías eróticas-y luego enamoramiento caprichoso-con la mujer del séptimo. Y de este modo, es como va ya está perfilada la obra. El portero le contará de esa maldita máquina de pensar que es su cabeza, su condena al fin y al cabo, porque la inercia declarada que lo atrapa en las noches detrás de la mesa mostrador, hace que piense, piense y siga pensando, y la tortura de esa cabeza en un movimiento a pleno, lo martiriza, es una tortura permanente, y el justo contrapeso del cuerpo estático y congelado. Así, desde sus quejas, sus torturas, sus deseos, sus fracasos, sus sueños, se va definiendo el perfil del portero.

Si por un lado está la alienación encarnada en el portero, frente a él, encontramos al vecino, con otro perfil más cómodo, indiferente, que no decide hablar y tampoco desea consolar al portero. El asco se siente en en esa relación que nunca se confirma, donde ambos se sopesan mutuamente, pero nunca como para aceptarse o cruzar la línea de la formalidad y asomarse a una tibia camaradería; sino todo lo contrario, siempre sentados en una tolerancia hipócrita y en una conversación obligada de parte del que escucha, y obligada también para quien habla, en este caso, el portero, porque necesita desembuchar, descomprimirse, largar toda esa mierda que tiene adentro, y sólo consigue a un tipo que lo escucha con asco, con disgusto, y de este modo, la noche se le va haciendo, a medida que transcurre, francamente insoportable, y la charla se convierte para el portero en un “hacer tiempo” hasta que aparezca el primer rayito solar.

Con un escenario simple, esta obra de Santiago Loza, se reduce a ese perfecto monólogo disfrazado de conversación que logra el portero frente a ese escucha tan particular. No podemos dejar de recalcar el gran trabajo Mucio Manchini, que encarnando al portero, podemos decir que literalmente se come la mayor parte de la obra.

Llena de humor, con ciertos matices trágicos, Asco, emociona, hace reír a carcajadas, entristece, y nos sorprende por la simpleza que tiene para crear a través de un diálogo-monólogo una situación tan incómoda, pero tan fértil como para hacer nacer una perfecta situación dramática.


Ficha técnico artística

Autoría: Santiago Loza
Actuan: Tulio Gómez Álzaga, Mucio Manchini
Diseño de escenografía: Mariana Tirantte
Diseño de luces: Nora Lezano
Fotografía: Nora Lezano
Prensa: María Sureda
Producción: Lisandro Rodriguez, María Sureda
Dirección: Lisandro Rodriguez

ELEFANTE - CLUB DE TEATRO
Soler 3964
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4821 - 4425
Web: http://elefanteclubdeteatro.blogspot.com/
Entrada: $ 30,00 y $ 20,00 - Domingo - 19:00 hs - Hasta el 27/08/2010

Dirección:

jimenarepetto@gmail.com

Ariana Pérez Artaso
capullodealeli@gmail.com

Equipo de redacción:
Marilyn Botta
Carmela Marrero
Guido Maltz

Diseño y moderación:
Pablo Hernán Rodríguez Zivic
elsonidoq@gmail.com

Las opiniones expresadas en los artículos y/o entrevistas son exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Revista Siamesa