El maquinista de La General de Buster Keaton

Por Guido E. Maltz

“El secreto es aterrizar frenando la caída con un pie o con una mano. Es una destreza. Yo empecé tan joven que aterrizar es como una segunda naturaleza para mí. Muchas veces podría haberme matado si no hubiese podido caer al suelo como un gato”. Podrían pasar tranquilamente por los comentarios de Jackie Chan en alguna nota actual, pero son palabras de Buster Keaton de una entrevista para The Detroit News. La nota original es del 4 de diciembre de 1914, 84 años antes de que Chan lanzase su famosa película Rush Hour. Ambos actores tienen en común la realización de sus propias escenas de riesgo, con piruetas y caídas incluidas. Chan empezó a ejercitarse desde el lado de las artes marciales, mientras que Keaton fue un acróbata de circo reconvertido en actor de películas. Una especie de Jackie Chan del cine mudo.

Keaton no sólo actuaba; dirigía, escribía y producía sus propias películas. Hasta la llegada del cine sonoro se desempeñó como un cineasta independiente. Su filmografía es tan larga como las líneas ferroviarias de la Union Pacific. Y bueno, hablando de rieles, una de sus películas más conocidas es El maquinista de La General (originalmente en inglés The General, de 1927). ¡Todos abordo! Boletos por favor…

La película narra la historia de Johnny Gray, un maquinista de la compañía Western & Atlantic enamorado de su locomotora “General” y de su prometida Annabelle Lee. La acción comienza en 1861, justo cuando estalla la guerra civil en Estados Unidos. En ese contexto, el Ejército Norteño de la Unión se apodera de la locomotora favorita de Gray y escapa; su objetivo es sabotear la comunicación ferroviaria del Sur Confederado. El protagonista persigue a los ladrones y al pasar al territorio enemigo se da cuenta de que también han raptado por accidente a Annabelle. Gray entonces se da cuenta de que debe rescatar a sus dos amadas y advertir sobre la ofensiva norteña a los confederados.

Hasta aquí todo bien. Cualquiera podría pensar que se trata de una película más de rescate, o de la Guerra Civil Estadounidense, o lo que fuere. Pero no: la mayor parte del film es una (o varias) persecuciones entre diversas locomotoras sin salirse (obviamente) de los rieles, es decir, una acecho lineal, sin posibilidad de esconderse demasiado. ¿Dónde se vio algo así antes… o después? ¿Cómo se puede mantener la tensión cuando lo que hay es una máquina a vapor detrás de otra? ¿Qué cosas divertidas (en serio divertidas) pueden pasarle a un tipo que está a la caza de una locomotora robada? Créase o no, Keaton encontró la respuesta a todas estas preguntas. La gran inventiva de las situaciones hace que en toda la película no haya un minuto sin atrapante acción. Las situaciones en las que se ven envueltos los personajes son una más ingeniosa que la otra; los gags van uno detrás de otro, sumando siempre, tal como las millas de un viaje. A poco de empezado el recorrido, el humor nos termina ganando por acumulación de chistes.

El personaje interpretado por Keaton se vende por sí solo desde el momento en que aparece la placa negra que decía “Él tiene dos amores en su vida: su locomotora y…”, luego de lo cual Gray descuelga de la cabina un retrato de Annabelle y se lo guarda en su saco. Johnny Gray Es simple, algo ingenuo y aniñado, incluso torpe, pero también es apasionado por sus amores y su trabajo; se trata de un personaje querible y muy humano. Johnny es movido a actuar en base al amor, ¿y qué sentimiento más humano que ese?

Si la vemos desde afuera, El maquinista de La General es un gran homenaje al cine. Tal vez sin quererlo, en sí misma es una referencia a las primeras proyecciones. La temática ferroviaria estuvo presente desde los más tempranos cortos fílmicos, como por ejemplo La llegada del tren a la estación y Asalto y robo de un tren. De manera curiosa, la película de Keaton trata del robo de un tren, ¡literalmente hablando! De la misma forma, otra temática difundida entre los primeros films fue el western, y si bien El maquinista… es a las claras una comedia, comparte con aquel género la época en la que se desarrolla la historia.

Desde un punto de vista más técnico, llama la atención la calidad de los travellings. Trato de imaginarme el momento mismo de la filmación: seguramente un tren con las cámaras y el equipo de producción yendo a la par de otro tren, el filmado, en el que Keaton hace volteretas y se mueve como si estuviese en el living de su casa. También se destaca la gran producción que debe haber implicado la realización del film: se ven muchísimos extras, hay un gran despliegue de locomotoras… ¡incluso una de ellas es destruida por completo! Era el año 1927: nada de las maquinitas de La Guerra de Las Galaxias o de las animaciones por computadora de Harry Potter. Keaton hizo espectacular a su película usando todos elementos reales, pero por sobre todo contando una historia emocionante.

En algún lado escuché que ver una peli de cine mudo con los parámetros con los que vemos los films sonoros está mal; sería algo así como ver un partido de rugby pensando en las reglas del fútbol. Creo que para algunos El maquinista de La General puede ser una muy buena oportunidad de entrar al cine mudo por la puerta grande; un pasillo directo al vagón de primera clase y con butaca de cara a la ventanilla y con un paisaje de película.


Título: El maquinista de La General.
Dirección: Buster Keaton y Clyde Bruckman.
Producción: Buster Keaton.
Guión: Buster Keaton y Clyde Bruckman.
Sonido: sin sonido.
Color: blanco y negro.
Fotografía: Bert Haines.
Reparto: Buster Keaton (Johnnie Gray), Marion Mack (Annabelle Lee), Charles Henry Smith (Mr. Lee), Richard Allen (Frank Barnes), Glen Cavender (capitán de la Unión Anderson).
País: Estados Unidos.
Año: 1927.
Género: Comedia.
Duración: 75 minutos.
Compañías productoras: Buster Keaton Productions, Inc. y United Artists.








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