Lame Vulva, una obra de Martín Marcou
por Nico Pose
Lame vulva, lleva como subtítulo ¨ ejercicio de poder ¨, y eso es lo que pone en práctica en escena. Desde el principio, nos encontramos con Horacio y Luz, una pareja joven que está conviviendo desde hace un año en un humilde departamento. Se pelean todo el tiempo, ella tiene una consciencia de la psicología que Horacio, dentro de sus estrechos límites de simpleza, nunca llega a comprender. Qué es lo que quiere cada uno? Vivir tranquilos, quieren vivir tranquilos, y tratan de intentarlo. Pero esa aparente tranquilidad que buscan se resquebraja aún más cuando aparece en escena la madre de Horacio: Beatriz. Allí comienzan los enfrentamientos entre la madre de Horacio y Luz. Dos mujeres que no quieren ceder nada. Las peleas van a ser cada vez más fuertes, a medida que el espiral de violencia crezca, y la obra comience a jugar con la crueldad y la crudeza de lo que no se cuenta, exhibiendo, al final, uno de los más viejos tabúes.
Así Horacio asiste inmóvil como un perro a las escenas más violentas. Y Horacio se marea, no sabe a quién defender. Ellas se atacan gratuitamente: desde los ataques de Luz a la madre de su novio porque ella es totalmente posesiva con Horacio, hasta las críticas de su suegra al echarle en cara que Horacio parece un animal junto a ella, y no un hombre. Horacio es un personaje que brilla por su ausencia, pero la gestualidad de inercia en sus ojos, en sus poses de petrificado, en su pasividad desconcertante, más cerca de ser una marioneta que de entrar en la pugna entre ambas mujeres, se comprende al ver lo que es su madre. Reproduce junto a su pareja todo lo que le ha inculcado su madre, y de este modo, es el dominado que le gusta el lugar que ocupa, y que por comodidad y pereza prefiere ese lugar para que se peleen por él, y lo quieran de ese modo. El varón víctima perfecto como para que dos mujeres disputen ya no tanto por él, sino para poner a prueba su capacidad de dominación. Y así, descubrir quién puede dominar a quién en un juego perverso. Pero esa disputa por la manipulación excede todos los límites, sobretodo cuando comprobamos que la madre de Horacio no lo quiere exactamente como a un hijo. Allí hay algo más. Y Beatriz, la suegra de Luz, no es cualquier mujer. Es la suegra que busca siempre el punto débil de au nuera, la que trata de herir y someter a través de la humillación. Luz en cambio, será la que siempre termine poniéndose nerviosa, comience las discusiones, y dé la imagen de mujer violenta que la madre pretende para que Horacio vea cómo su novia se violenta con ella. Pero Horacio sólo se limita a hacer lo que las mujeres le piden. Así Horacio está como un decorado mientras la obra transcurre a través de los enfrentamientos de las dos mujeres.
La obra tiene un gran acierto, y es que delinea a la perfección el rol que juega cada personaje en la historia. Porque si Horacio es un decorado, o asume el papel de la pasividad, porque le es más cómodo-además de que obedezca al molde que le ha impuesto su madre- que ellas dos peleen por él y al mismo tiempo nunca atisbe a intervenir, ni a jugarse por ninguna de las dos; su madre, es la mujer que se esconde en una coraza de seguridad frente a su nuera, que exhibe todos sus problemas sin pudor, dejándole a la otra todos los flancos libres para que pueda disparar a gusto sobre su cuerpo, acrecentando cada vez más las heridas.
Sin embargo, la obra no tiene sólo el tono de una comedia dramática, porque los diálogos además de tener una gran naturalidad, juegan mucho con el lunfardo, y con palabras soeces, que le dan un tono grotesco, bajo, como si el lenguaje bajara a la misma situación pueril que presenta la obra: dominar por dominar. No es sólo una comedia dramática, porque de a poco, a medida que las mujeres dejan de simular el odio que se tienen, se adivina una tensión extraña entre Horacio y su madre, además de lo que el espectador va sabiendo a medida que Luz le echa en cara a Horacio costumbres demasiado singulares que él tiene con su madre, como ir a hablar secretamente con ella algunas noches, sin que ella lo sepa. La tensión extraña que existe con su madre, introduce el elemento edípico, y representándolo crudamente en el momento en que Horacio y su madre se acercan lentamente para consumar un beso de amantes. Luz, se apaga totalmente cuando se entera de que su suegra espera un hijo de su hijo. Es ahí que se rompe el tono grotesco, y surge lo bizarro. Es una cuestión de gusto lo que sucede al final de la obra, pero lo bizarro se introduce con naturalidad, porque sucede lo que estaba en la imaginación de los espectadores sin que éstos se animaran a confirmarlo. Ése sería un poco el mecanismo de dominación total al que llega la madre de Horacio, descartando de la pelea a Luz, que se desvanece en soledad, recostada sobre un sillón, y con un revólver acompañándola.
Pese a que la escenografía es sencilla, es perfecta para que sobresalgan las actuaciones, y se acentúen los diálogos, que mueven y le dan originalidad a gran parte de la obra, a través del gran repertorio de palabras hirientes que se disparan ambas mujeres.
Lame vulva además de ofrecernos grandes actuaciones, explora a través del drama y el humor corrosivo la dificultad y la crueldad que presentan los vínculos familiares, poniendo en escena de forma cruda lo que siempre se sugiere y nunca se muestra, escenificando uno de los grandes tabúes sin pudor y con naturalidad. De esta manera, el título de la obra, puede caracterizar tanto al varón víctima como ser una frase imperativa pronunciada por cualquiera de las dos mujeres.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Martín Marcou
Actuan: Checha Amorosi, Puchi Labaronnie, Javier Rosón
Vestuario: Eleonora Boffi
Maquillaje: María Sol Osimi
Diseño de luces: Ariel Campos
Artista plástico: Emmanuel Docco
Fotografía: Leandro Martinez
Diseño gráfico: Roxana Gorosito
Asistencia artística: Ana Paula Fort Caneda
Asistencia general: Esteban Fort Caneda
Asistencia de dirección: Ariel Campos
Prensa: Mariano Casas Di Nardo
Dirección: Martín Marcou
Web: http://www.lamevulva.blogspot.com/
Este espectáculo formó parte del evento: Buenos Aires, Sala Abierta
LA RATONERA CULTURAL
Av. Corrientes 5552 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4857-2193
Web: http://www.laratonera.com.ar
Entrada: $ 20,00 - Viernes - 22:30 hs - Hasta el 05/12/2009
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