Alejandro Méndez

Dromología, o una estética del accidente





I. La defensa siciliana





La campeona de ajedrez

camina por el hotel

masticando aros de cebolla

en su brillante cajita naranja.



Esto no le impide el análisis

de la defensa siciliana

(peones entregados al fragor

de la pequeña ilusión).



Tampoco olvida los senderos

invisibles del Pato Donald,

ni la filiación errática

de sus sobrinos pródigos.



Admira la pequeña historia,

los sueños de expiación

en el sendero supersónico

de la saga familiar.



La campeona de ajedrez

no sabe dónde pisar,

hipnotizada por la retama

ultra amarilla de la Florida.



Suspendida del sueño,

abolida en vuelo libre

desde el balcón,



cae sonámbula



inexpugnable en el

más allá..









II. Blackout



Si fuera un cuadro,

soportaría el lienzo una caligrafía lejana,

pero no es más que una hilera de árboles.



La textura de la corteza

interfiere el diálogo de la luz matinal.

Es un punto suspensivo

sobre las formas caprichosas de las hojas.



Todo cede plácidamente

ante los rayos que horadan la fragante planicie,

y sueldan la resistencia vegetal detenida en el páramo..



Es un punto fijo

que da sentido al movimiento de los pájaros.



Alambres tensados, tranqueras,

líneas discontinuas en el albor cromático de la pradera;

sobreimprimen lo real en el silencio de la ruta.



Atrás,

el monasterio trapense de Nuestra Señora de los Ángeles

es el grado cero de la pampa mística,

su campo de sombras.



El camión que viene de frente

es el faro que resplandece en cada curva,

en la exacta conjunción del rayo,

y el auto que va a su encuentro.



Blackout



Como una flecha,

un movimiento imposible, una falla del tiempo;

el vidrio teje una trama de astillas,

un mapa desbocado

en el lugar de lo que llega por accidente.



Las huellas del desvío sucumben al viento

para develar un nuevo punto fijo.



El auto al costado de la ruta,

rodeado por un coro de hojas lanceoladas,

asume su modesta catástrofe.











III. La otra vida de Matěj kůs



En la moto,

y lejos de su Praga natal,

Matej sabe que la fuerza

proviene de la velocidad.



Ser uno con la máquina,

en línea recta, aún en las curvas.

Un artefacto aerodinámico, el cuerpo

al servicio del viento.



Sólo un error en el cálculo,

la aceleración inadecuada

en un estallido accidental

produce la colisión.



Después del choque se levanta

y comienza a hablar en un perfecto inglés,

idioma que jamás había estudiado.



Recibe el don de lenguas

símil Pentecostés,

para bromear con los enfermeros

en el huidizo slang de Whitechapel.



¿De dónde viene esa fluidez?

¿Y eso que repite?.¿Habrá sido punk

en su vida pasada?



I wanna be sedated,

Regina Constrictor.

I wanna be Anna Livia

Regina Plurabelle.



El servicio de salud británico, tan literal,

le aplica una dosis superlativa de valium.



Ataraxia del motociclista que cede al narcótico

sin dejar de balbucear



I wanna be Anna Livia



Entra a la habitación del hospital

no ya con palabras,

sino con letras que caen de su boca.





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