Por Soledad Manes
¿Es posible hacer teatro con una función simple y concreta, con un deseo muy propio: para que una persona que queremos vuelva?
Asilo para que vuelvas plantea está hipótesis. Una voz off pone en funcionamiento la obra con ese objetivo. ¿Qué sucede con el tiempo en la espera de que el amor perdido regrese o que regrese la juventud?
Un grupo integrado por cinco ancianos realiza sus tareas diarias, dormir, mirar televisión, hacer ejercicio físico y recordar, recordar pérdidas. En paralelo el noticiero televisivo nos relata que hay un niño perdido en la localidad de González Catán.
Uno de los ancianos, Keremide, relata la historia de su amor perdido y así como la voz que oficia de contorno de historia reclama la vuelta, Keremide está convencido de que sucederá, de que la actriz de quien se enamoró volverá; y se transforma con el transcurso del tiempo en el monotemático enamorado.
La convención “actores jóvenes que hacen de viejos” está muy bien desarrollada en tanto los actores entran y salen, pueden ser jóvenes y viejos y no hay ocultamiento en el proceso de transformación, accedemos a la construcción de la vejez.
En el proceso inverso los actores van rejuveneciendo en el pasaje de fiesta de cumpleaños en donde el tiempo retrocede y vemos a unos jóvenes entonando a coro el tango Los Mareados, dichas transformaciones son resueltas mediante la actuación, lo que no fuerza la convencion sino que identifica al joven con el viejo.
El uso de la televisión merece mención aparte ya que las imágenes son fragmentarias, se me dirá que la imagen televisiva es en sí misma un fragmento, pero en la TV de Asilo para que vuelvas son retazos de imágenes que han sido televisivas, están incompletas; vemos un fragmento de Gran Hermano (que es asociado rápidamente al encierro sufrido por los ancianos en la puesta en escena), un fragmento de un programa de Tinelli, trozos de imagen que constituyen también una pérdida con respecto a la completud de la imagen.
Asilo para que vuelvas es en definitiva una obra que nos habla de las pérdidas y de los vanos intentos por recuperar lo que se ha perdido. Aunque detrás de cada intento se pueda recuperar la esperanza.
Idea, dramaturgia y dirección: Nacho Ciatti
Una creación del Ensamble Orgánico
Actúan: Cecilia Meijide, Gastón Filgueira, Nacho Bozzolo, Ivan Schvetz, Laila Duschatzky, María Estanciero.
Actor invitado: Lalo Garavano
Vestuario: Laila Duschatzky
Escenografía e idea de iluminación: Anibal Kelvo - Nacho Ciatti
Diseño y supervisación de iluminación: Cinthia Liberczuk
Operadora de luces: M. Florencia Carboni
Asistente de piso: Gabriel Noacco
Realización escenográfica: El ensamble orgánico
Selección musical y tema original: Nacho Ciatti
Diseño gráfico y fotografía: Yamila Kliczkowski - Estudio Guapabombón
Fotografías: Martin Langsam, Eloisa Yankelevich
Producción ejecutiva: Gastón Filgueira
Estética, videoescenografía y dirección visual: Vj Anibal Kelvo
Funciones: Domingos a las 19:00 hs.
Teatro: Puerta Roja. Lavalle 3636 (Abasto) - Capital Federal
Reservas al 4867-4689
¿Es posible hacer teatro con una función simple y concreta, con un deseo muy propio: para que una persona que queremos vuelva?
Asilo para que vuelvas plantea está hipótesis. Una voz off pone en funcionamiento la obra con ese objetivo. ¿Qué sucede con el tiempo en la espera de que el amor perdido regrese o que regrese la juventud?
Un grupo integrado por cinco ancianos realiza sus tareas diarias, dormir, mirar televisión, hacer ejercicio físico y recordar, recordar pérdidas. En paralelo el noticiero televisivo nos relata que hay un niño perdido en la localidad de González Catán.
Uno de los ancianos, Keremide, relata la historia de su amor perdido y así como la voz que oficia de contorno de historia reclama la vuelta, Keremide está convencido de que sucederá, de que la actriz de quien se enamoró volverá; y se transforma con el transcurso del tiempo en el monotemático enamorado.
La convención “actores jóvenes que hacen de viejos” está muy bien desarrollada en tanto los actores entran y salen, pueden ser jóvenes y viejos y no hay ocultamiento en el proceso de transformación, accedemos a la construcción de la vejez.
En el proceso inverso los actores van rejuveneciendo en el pasaje de fiesta de cumpleaños en donde el tiempo retrocede y vemos a unos jóvenes entonando a coro el tango Los Mareados, dichas transformaciones son resueltas mediante la actuación, lo que no fuerza la convencion sino que identifica al joven con el viejo.
El uso de la televisión merece mención aparte ya que las imágenes son fragmentarias, se me dirá que la imagen televisiva es en sí misma un fragmento, pero en la TV de Asilo para que vuelvas son retazos de imágenes que han sido televisivas, están incompletas; vemos un fragmento de Gran Hermano (que es asociado rápidamente al encierro sufrido por los ancianos en la puesta en escena), un fragmento de un programa de Tinelli, trozos de imagen que constituyen también una pérdida con respecto a la completud de la imagen.
Asilo para que vuelvas es en definitiva una obra que nos habla de las pérdidas y de los vanos intentos por recuperar lo que se ha perdido. Aunque detrás de cada intento se pueda recuperar la esperanza.
Idea, dramaturgia y dirección: Nacho Ciatti
Una creación del Ensamble Orgánico
Actúan: Cecilia Meijide, Gastón Filgueira, Nacho Bozzolo, Ivan Schvetz, Laila Duschatzky, María Estanciero.
Actor invitado: Lalo Garavano
Vestuario: Laila Duschatzky
Escenografía e idea de iluminación: Anibal Kelvo - Nacho Ciatti
Diseño y supervisación de iluminación: Cinthia Liberczuk
Operadora de luces: M. Florencia Carboni
Asistente de piso: Gabriel Noacco
Realización escenográfica: El ensamble orgánico
Selección musical y tema original: Nacho Ciatti
Diseño gráfico y fotografía: Yamila Kliczkowski - Estudio Guapabombón
Fotografías: Martin Langsam, Eloisa Yankelevich
Producción ejecutiva: Gastón Filgueira
Estética, videoescenografía y dirección visual: Vj Anibal Kelvo
Funciones: Domingos a las 19:00 hs.
Teatro: Puerta Roja. Lavalle 3636 (Abasto) - Capital Federal
Reservas al 4867-4689