Entrevista a Alejo Chino Amado, líder músicometroemocional de Los Amados.



Por Jimena Repetto


Si usted alguna vez sintió que amaba a alguien hasta con las uñas, llamó y cortó a a repetición, lloró hasta con una propaganda de detergente en la que se besaba una parejita, comió un kilo de helado después de una desilusión amorosa o cantó una serenata en un balcón, a riesgo de que cualquier vecino le tirara una maceta por la cabeza, si hizo al menos una de estas cosas, o todas, entonces, señor o señorita Los Amados es el conjunto para usted. Porque hablar del amor no es fácil,y mucho menos tomárselo con gracia, sin perder la intensidad que los sentimientos imponen. Y, mucho menos aún, con tanto virtuosismo, porque si hay algo por lo que Los Amados se distinguen es por su desempeño musical que deja con la boca abierta a cualquiera, lista, dirían ellos, para recibir el próximo beso.

Alejo Chino Amado, líder del grupo y especialista seductor, nos cuenta de qué se trata eso de ser un emotivo profesional y músico de altas pasiones.









En la trayectoria del grupo, pasaron de la escena under, como el Parakultural y Ave Porco, a lugares de mayor recepción, ¿qué ganaron en el camino y de qué forma transformó el trabajo grupal?

Casi podría decir que la parte under del grupo era simplemente una gran diversión sin proyección. Una necesidad de expresión que existía en esa época. Me quedan de aquel momento alegres recuerdos. En los últimos años y, ya con esta formación, el grupo realmente se transformó en profesional porque precisamente los músicos que forman Los amados son profesionales. Es en esta etapa donde pude, como director, desarrollar artísticamente lo que deseaba para la banda.

Llevan veinte años interpretando canciones que hablan del amor y el desamor, ¿fue cambiando la recepción en el público porteño de los temas a lo largo de los años o no? ¿Creés que ahora hay más apertura para recibir un show que se plantea como kitsch?
La recepción del público con respecto a los temas siempre estuvo ligada a la estética del grupo. Nosotros elegimos el bolero, el son, el chachachá, con una puesta en escena con gran identidad y con eso marcamos una diferencia y provocamos un interés por nuestro trabajo.
En cuanto al kitsch creo que depende del espectáculo y de cómo se trate. El kitsch no es fácil, tiene un contenido, un mensaje, hay algo que se dice de forma extravagante. El kitsch también puede ser lujo, y bellísimo mal gusto. Si el trabajo tiene la mirada de una artista plástica como Cristina Villamor que realiza la escenografía y el vestuario de Los amados seguramente va a recibir los halagos y agradecimientos del público como le está ocurriendo en Karabalí, ensueño Lecuona.

¿Cómo preparan un nuevo show? ¿Comienzan por una idea, por un repertorio? ¿Cómo hicieron para seleccionar el repertorio de Lecuona entre sus más de 406 canciones?
Preparar un nuevo show tiene varios momentos. En Karabalí, ensueño Lecuona comenzamos por la decisión de hacer por primera vez en la historia de Los amados el repertorio de un solo compositor. Eso provocó cierto vértigo y a la vez un maravilloso desafío. Con respecto a los temas yo tenía claro que sí o sí íbamos a hacer varios de sus clásicos como Siboney, Siempre en mi corazón, Para Vigo me voy, María la O, Malagueña. Y luego habría temas que tuvieran que ver con ciertas situaciones que quería contar. Nos llevó más de un año la realización de este espectáculo, fue una minuciosa investigación de la mayor cantidad de material de Ernesto Lecuona que encontramos acá y en España.


¿Cuál es el tema que más disfrutás interpretar y por qué?
Me gusta mucho cantar el tema “Celos” porque siento que hay un poquito del humor que siempre me imaginé que Lecuona tenía. Dicen que ha sido un hombre serio por fuera, pero en sus temas pude entrever algunas divertidas ironías.

¿Cuál sería el momento ideal para escuchar Rutilantes, su último disco?
Se puede escuchar en el auto, camino a un descanso de fin de semana, o volviendo a casa del trabajo o cuando uno desea levantarse el ánimo y esbozar una sonrisa.



¿Quién sería el público ideal de Los Amados?
Al que le guste hacer volar su imaginación y tenga ganas de pensar que Los amados es una banda salida no sé de dónde, que suena maravilloso y que divierte mucho. Con esto que dije creo que el tipo de público puede ser muy amplio.

¿Qué aprendiste algo del amor en todos estos años cantando boleros?
Yo no aprendí del amor cantando boleros. Uno tiene que cantar con amor todas las canciones que le guste cantar. Si el público se emociona es porque el amor que uno siente está siendo transmitido a través de la canción.

¿Por qué creés que es tan fácil caer en cursilerías que son juzgadas al hablar de sentimientos, pero a la vez tan común y popular?
Todo está atravesado por el lenguaje. Uno piensa con palabras, pero sabemos que muchas veces es difícil poner en palabras ciertas cosas que sentimos. Entonces apelamos a discursos hechos que además han sido caratulados como cursis por otros que ni siquiera se animan a poner en palabras (aunque no sean las correctas) lo que sienten. ¿Cómo se transmite lo que se siente cuando uno da un profundo beso de amor? En este caso uno apela a las frases hechas para poder decirle a otro que en ese beso sintió lo que no se puede poner en palabras.
Recuerdo un poema del portugués Fernando Pessoa que dice “Toda las cartas de amor son ridículas, no serían cartas de amor si no fuesen ridículas”… “… sólo las criaturas que nunca han escrito cartas de amor son las que son ridículas”.






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