Por Soledad Manes
No hay anécdota dicen los creadores de esta obra. Y no la necesitan. Los cuerpos en el espacio teatral son relato, nos están mostrando una situación, un estado anímico: lo que desean contar o a veces lo que narran pese a ellos mismos.
124 es una apuesta a darle valor a las partes, varios cuerpos fragmentados significan mucho más que uno sólo, que uno completo. Una mano o seis manos simplemente son más poderosos que un hombre que posee dos manos, pone de manifiesto la construcción corporal sobre la cotidianeidad del cuerpo. El cuerpo humano es indivisible pero junto a otro cuerpo puede ser mucho más.
La anécdota no es necesaria porque estamos fascinados por cuerpos en movimiento, y transformados.
Como Houdini capaz de cortar cuerpos en partes y aparecer y desaparecer por lugares misteriosos estos actores nos sorprenden, por destreza y por interpretación.
Y así como los cuerpos se transforman, los objetos corren la misma suerte, pueden ser cajas de Pandora que esconden y luego revelan, y se construyen con otra funcionalidad. Transformación que a la vez es ejercida por un discurso corrido de lugar, y que luego se ubica en el sitio correcto que le permite crecer en la construcción de un objeto.
Las cosas pueden ser otras cosas, las palabras pueden ser otras palabras y los cuerpos pueden ser otros cuerpos. Siempre que haya alguien para sumar. Porque parece que uno más dos es igual a cuatro.
124
Autoría: Cecilia Blanco, Javier Drolas, Agustín Repetto, Fernando Tur Actúan: Cecilia Blanco, Javier Drolas, Agustín Repetto, Fernando Tur Vestuario: Mariana Tirantte Escenografía: Mariana Tirantte Iluminación: Marcelo Álvarez Maquillaje: Lorena Urcelay Diseño de objetos: Javier Drolas, Gabriel Reyes Música: Fernando Tur Diseño gráfico: Lucila Domínguez Asistencia de vestuario: Alejandro Baamonde Asistencia técnica: Gabriel Beltrame Prensa: Claudia Mac Auliffe Colaboración artística: Susana Tambutti Dirección: Cecilia Blanco, Javier Drolas, Agustín Repetto, Fernando Tur