LA ISLA DESIERTA, de Roberto Arlt.


Por Susana Miranda


No necesita mayores presentaciones. Tanto la obra como su autor tienen un lugar reconocido en el campo intelectual y teatral; además de ser utilizada como lectura obligatoria en colegios secundarios, también ha sido objeto de muchas puestas en escena, desde que fuera escrita en 1938. Pero en este caso se trata de una adaptación que permite la inclusión de público no vidente, en tanto se vale de otros canales de percepción, distintos de la vista. Entonces, siendo la obra tan conocida, asistimos a la función con la inquietud de observar de qué manera José Menchaca y el Grupo Oscuro representan esta historia, con qué materiales, y de qué maneras los utilizan.
Impresión nro. 1: el hall desborda de gente intentando conseguir entrada. El dato interesante es que lleva más de mil representaciones desde el año 2001, y sigue a sala llena.
Impresión nro. 2: se dan indicaciones especiales para el ingreso a la sala y para la permanencia. Advertidos todos los presentes de que se permanecerá completamente a oscuras durante toda la función, cada uno repasa sus propias limitaciones con respecto a la oscuridad…o las descubrirá allí mismo. Sin embargo, esto no es problema y se puede salir en cualquier momento.
Impresión nro. 3: ingresar y ubicarse en una sala que se percibe muy concurrida pero sin poder ver, es, sin duda una experiencia notoria. Sin embargo, de ninguna manera esta situación tan particular nos equipara a asistentes videntes y no videntes: los videntes, cuando somos privados de la luz, hacemos gala de una gran torpeza y nos demanda cierto trabajo poder adaptarnos.
Desde la oscuridad, un aluvión de signos se nos presentan al comenzar la obra. Por todas partes se escuchan máquinas de escribir, teléfonos, voces y se huele un rico aroma a café; en seguida se suma la bocina de un barco. Con estos materiales el espectador construye para sí, imaginariamente, el espacio dramático donde va a transcurrir la acción: es una oficina en la zona del puerto. Sonidos y olores funcionan como indicios y su distribución ayuda a configurar el espacio de la representación.
Durante el desarrollo, el relato de Cipriano, el ordenanza, embarca a este grupo de oficinistas en un recorrido por tierras lejanas y, también, por sus propios deseos de liberarse de una existencia monótona, imaginando otra vida posible. Pero pronto su imaginación y su realidad van a entrar en conflicto.
La puesta se apoya en el texto dramático, en las voces de los actores con sus timbres y sus inflexiones, y si se quedara allí, no sería muy distinta de los radioteatros, pero no es el caso. Están fuertemente trabajados una cantidad de estímulos, que mantienen al espectador/receptor alerta todo el tiempo. Una tormenta en alta mar salpica al público y una llovizna se percibe en la piel, distintos olores, asociados a los sonidos y al relato, construyen espacios claramente identificados como una playa, una selva, un mercado, etc. Modificando la convención tradicional del teatro, donde el ver juega un papel preponderante, en esta puesta la visión queda anulada y entran en juego los oídos, el olfato y la piel, dando forma a un ejercicio de percepción inquietante y diferente. Acostumbrados como estamos a la preeminencia del sentido de la vista, esta re-presentación incentiva y eleva a los otros sentidos a un primer plano.
El Grupo Oscuro está integrado por actores no videntes, otros con visión disminuida y uno que no es ciego. Trabajando juntos encontraron, a base de aportes mutuos, una técnica particular que comunica con eficiencia y emotividad. Su trabajo resulta impecable, hasta sus desplazamientos por la sala se perciben con dinamismo. Lo suyo resulta un interesante aporte a un público que se retira de la sala enriquecido por la experiencia.



La isla desierta

Autor: Roberto Arlt
Grupo Ojcuro: Gerardo Bentatti, Laura Cuffini, Mirna Gamarra, Marcelo Gianmmarco, Eduardo Maceda, Francisco Menchaca, Juan Carlos Mendoza, Verónica Trinidad
Dirección: José Menchaca
Producción general: Gerardo Bentatti
Sonido: Cruz Aquino
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zárate

Centro Argentino de Teatro Ciego
Zelaya 3006. Buenos Aires -
Teléfonos: 6379-8596
Jueves - 21:00 hs
Viernes y Sábado - 21:00 hs y 23:00 hs
Entrada: $ 35,00
Web: http://www.teatrociego.com



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