UN BESO por Mariano Cervini

-Literatura-


I


Esa mujer vuelve en mi sueño al costado de la ausencia

no advierte que todo lo conocido resbala sin prisa

en el manto secreto que adjudica la caricia al silencio


Estoy solo y me rodea su halo, su convergencia constante

Ha llegado con la noche y los residuos del día la convierten

en algo que pasó hace siglos, una catedral en ruinas


Sus pasos ocultan lo que mi corazón quiere de ella

cada latido desespera en incesante reclamo



No soy yo esa mujer, sino su recuerdo

su paso deteriorado por mi espalda

su absurda libertad para olvidarme en el pasado


Esa mujer sin principio ni final parece haber quitado una gota

de la lágrima eterna que habita en el brillo de esta noche

¿Cuándo detendrá su paso fiel cada huella , cada palabra que la recuerda?



Esa mujer se abre en la sed de mi

como un agua de estrella

que brota desnuda



Mansedumbre del que recibe la pureza sin acercarse al
misterio

Oculto en su pulgar viaja aquel gemido que me protege del mundo



Esa mujer,

alimento del latido

cavidad inconclusa de lo que permanece.

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