¿Ser albina trae suerte?
Por: Ileana Kleinman
Lucía y Albina son hermanas. Lucía es la mayor. La que se encarga de las cosas de la casa. La que cuida de su hermana. Y de su papá. Lucía y Albina viven en una casa en algún lugar alejado de la Capital Federal y aman profundamente a los animales, en especial a su perro, Galoti, a pesar de que, con sus travesuras, les trae problemas con el propietario de la casa en que viven, Capalvo.
Lucía y Albina están solas. Y enfrentan sus problemas como pueden.
Albina debe quedarse siempre en casa encerrada por mandato paterno, porque su nombre describe su condición. Albina no es como Lucía y necesita de la protección del adentro. En todo momento. Los días pasan. La deuda con Capalvo se acumula. El padre participa de los problemas de la familia cada vez menos.
Lucía se da claramente cuenta de que la situación es muy mala. Albina no. Albina sigue adentro, en la casa, jugando con el perro, jugando con todos los animales que tiene a su alcance. Albina se mantiene afuera de los inconvenientes que sí o sí tienen que sortear.
Y su hermana mayor, entonces, llora. Porque es evidente para ella que las cosas no van a mejorar de ningún modo. Galoti sigue destruyendo la propiedad de Capalvo. Y todo el peso de la deuda cae sobre ella. El padre, demasiado enfermo, en la cama, todo el tiempo; la hermana, aunque crecida, no puede salir de la casa, no puede valerse por si misma, no puede sino pedir deseos, a la virgen María, a unas velas encendidas. Albina no puede generar más aporte a la familia que el que constituye ella misma. Y su condición. Albina es albina y esta característica, en ese pueblo alejado de la Capital Federal, genera interés.
Entretanto, las hermanas que nos presenta un texto original y muy bien escrito, sueñan. Con un viaje, con un futuro alejado. Y nosotros, que las miramos, les creemos y hasta deseamos, con ellas, que aquello que sueñan pueda llegar a concretarse, que sea posible, para Lucía y Albina un lugar diferente a esa casa llena de pérdida, abandonada, en un pueblito alejado de la Capital Federal.
Ficha técnica
Actúan:
Luciana Mastromauro (Albina)
Tatiana Sandoval (Lucía)
Dramaturgia y dirección: Mónica Salerno
Asistente de dirección: Leyla Antezana
Asistencia y entrenamiento actoral: Jorge Román
Diseño escenográfico: Federico Barreiro
Realización: Francisco Paciullo
Diseño de luces: Fabricio Ballarati
Diseño gráfico e ilustraciones: Marina Muñoz
Realización de vestuario: Leyla Antezana y Mimí Saavedra
Realización de conejo: Carolina Ruy
Pelucas: Roberto Mohr
Maquillaje: Lorena Salerno
Meritorio en maquillaje: Fernanda Lagomarsino
Asistencia en escena: Harian Piccinni y Federico Rofman
Arte: Alex Maingard y Cedric Ortoli
Sonido: Mariana Delgado y Mercedes Rondina
Prensa: Caro Alfonso – http://ar.mc521.mail.yahoo.com/mc/compose?to=caroalfonso@gmail.com – 4802-4607 – 155-662-6006
Funciones: jueves: 21 hs.
TEATRO DEL PUEBLO
Av. Roque Sáenz Peña 943. Reservas: 4326-3606 / 4394-2639
Entradas: $ 25 y $ 15.
Lucía y Albina están solas. Y enfrentan sus problemas como pueden.
Albina debe quedarse siempre en casa encerrada por mandato paterno, porque su nombre describe su condición. Albina no es como Lucía y necesita de la protección del adentro. En todo momento. Los días pasan. La deuda con Capalvo se acumula. El padre participa de los problemas de la familia cada vez menos.
Lucía se da claramente cuenta de que la situación es muy mala. Albina no. Albina sigue adentro, en la casa, jugando con el perro, jugando con todos los animales que tiene a su alcance. Albina se mantiene afuera de los inconvenientes que sí o sí tienen que sortear.
Y su hermana mayor, entonces, llora. Porque es evidente para ella que las cosas no van a mejorar de ningún modo. Galoti sigue destruyendo la propiedad de Capalvo. Y todo el peso de la deuda cae sobre ella. El padre, demasiado enfermo, en la cama, todo el tiempo; la hermana, aunque crecida, no puede salir de la casa, no puede valerse por si misma, no puede sino pedir deseos, a la virgen María, a unas velas encendidas. Albina no puede generar más aporte a la familia que el que constituye ella misma. Y su condición. Albina es albina y esta característica, en ese pueblo alejado de la Capital Federal, genera interés.
Entretanto, las hermanas que nos presenta un texto original y muy bien escrito, sueñan. Con un viaje, con un futuro alejado. Y nosotros, que las miramos, les creemos y hasta deseamos, con ellas, que aquello que sueñan pueda llegar a concretarse, que sea posible, para Lucía y Albina un lugar diferente a esa casa llena de pérdida, abandonada, en un pueblito alejado de la Capital Federal.
Ficha técnica
Actúan:
Luciana Mastromauro (Albina)
Tatiana Sandoval (Lucía)
Dramaturgia y dirección: Mónica Salerno
Asistente de dirección: Leyla Antezana
Asistencia y entrenamiento actoral: Jorge Román
Diseño escenográfico: Federico Barreiro
Realización: Francisco Paciullo
Diseño de luces: Fabricio Ballarati
Diseño gráfico e ilustraciones: Marina Muñoz
Realización de vestuario: Leyla Antezana y Mimí Saavedra
Realización de conejo: Carolina Ruy
Pelucas: Roberto Mohr
Maquillaje: Lorena Salerno
Meritorio en maquillaje: Fernanda Lagomarsino
Asistencia en escena: Harian Piccinni y Federico Rofman
Arte: Alex Maingard y Cedric Ortoli
Sonido: Mariana Delgado y Mercedes Rondina
Prensa: Caro Alfonso – http://ar.mc521.mail.yahoo.com/mc/compose?to=caroalfonso@gmail.com – 4802-4607 – 155-662-6006
Funciones: jueves: 21 hs.
TEATRO DEL PUEBLO
Av. Roque Sáenz Peña 943. Reservas: 4326-3606 / 4394-2639
Entradas: $ 25 y $ 15.