El mecanismo es muy claro, si los personajes aceptan a Claudio como una presencia inevitable, entonces, los espectadores nos sumamos a la lógica de la obra y aceptamos que los fantasmas existen, por lo menos en ese universo verosímil.
Sin duda, la obra escrita por Daulte es un texto complejo y desafiante. En más de una escena los actores deben hablar con el fantasma, lo que convierte sus parlamentos en largos monólogos sin respuestas. La palabra de Claudio llega a través de una pizarra mágica con la que puede expresarse. Pero sus respuestas serán monosílabos, y la suposición completará los significados vacíos.
Pareciera inevitable realizar una lectura simbólica cuando lo maravilloso se instala en un contexto realista y es asumido como natural. En estos casos los diferentes niveles de interpretación se multiplican y el espectador es quién decide cómo rellenar los espacios indeterminados.
El espacio escénico es más bien sencillo y despojado. La escenografía evoca un departamento desordenado, con repisas desarmadas y una escalera en el centro de la escena. A lo largo de la obra, los diferentes objetos serán armados y puestos en su lugar. Así, mientras el espacio toma forma, la historia se desarticula, un proceso paralelo e inverso.
Si les interesa acercarse a esta obra de Daulte, dirigida por Uriel Guastavino, no dejen pasar las siguientes funciones porque el 23 de agosto será la última.
Texto: Carmela Marrero Carstro.
BECKETT TEATRO
Guardia Vieja 3556
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 48675185
Web: http://teatrobeckett.com/
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Jueves - 21:00 hs - Hasta el 23/08/2012
- Reservar localidades
Autor: Javier Daulte
Actúan: Andrés Lerman, Julieta Sánchez
Diseño de luces: Uriel Gustavino
Asistencia de dirección: Lionel Arostegui
Dirección: Uriel Gustavino