Celeste Diéguez


confusión y nubosidad el futuro esa lata

podría acaso hacer un señuelo mitad ave mitad pez para atraer sobre nosotras la presa para atraer sobre nosotras las moscas como una lluvia de vaivén la cristalada  nevándonos sobre la quemadura sobre la cabeza tan descubierta pobrecita ay

podría yo con estas mis manos encallecidas encanecidas tirantes jirones ya de carne empolvar cernir un trabajo un gualicho ofrenda que ofreciese un sacrificio alzar al rimador supremo el que conjuga los bienes y males volver a dar la rima el sonido

debiese armar con estas extremas una arcilla un polvo calizo que construya algo que destruya la otrora para presentar una pulida superficie de muela de hueso aguzado que sirva para cortar para desgarrar las telas los elásticos los tejidos que sostienen tan mal la pertenencia a que

deberé yo ahondar aun mas en mi conciencia como en una tierra con las palas con las manos de piedra curtidas raspantes desgajar la integridad hasta extraer el jirón triunfante el retazo que me da voz que me dé la luz visión que me acoja no me abandone caída a un costado cáscara que ya
se desusa tanto cuando la exprimimos cuando nos cansamos de sobarla tanto hasta que perece en la sed

podría yo revertir reconvertir mi paso traspaso trans esa nimiedad que me augura la herencia de disloque y represión familiar esa coyuntura ese hueso que genera que deshereda y no admite y no aduce no absuelve los viejos gorgojos olvidados de la historia personal

que yo hube de conocer tanto el borde para poder fatigarme en las vueltas  y yo la que anduve tan sin voz que no pude decir poder por siempre decir decir decir y en tanto callaré seguir diciéndome

que el yo que represento con erre más bofe mas fragmento me desdiga a la vez que me pronuncie y clavar una y otra vez la punta de la incertidumbre sobre el costillar de lo conseguido sobre la tela modal de la mirada del otro

si podré cortar el hilo el cordón que me ata a donde no sé no sabemos hasta donde atados de la cintura sin saberlo creyéndonos libertades y prebendas que no pueda yo peregrinar el camino de vuelta dándole razones a la caída para unificar así una idea una distancia un sistema de
repeticiones lógicas algo un estribillo

con que resortes estiraré el día con que nuevas peleas ensimismada para conformarme y núbil nuevamente nuevamente adverbial

a donde me dejaré rodar vencedora roca impune cuando defienda que tempestades voy a fabricar cuando recuente las horas de estos días que pasan hoy que amanecen sin continuo sin detención en ellos mas que blanda osamenta que se dirige incesante se dirige hacia que

donde beber sedientamente sediciosa tal vez engañando disimulando otra sed otra cara que me de un pasar de máscara que no sabré vestir que arrugaré despreocupada y ansiosa jadeante tal vez desoyendo tanto esas voces no debiera que me dicen no mirar hacia atrás no mirar adonde la
sal

de donde volviendo cuando me quiera acordar y me encuentre ya de paso cuando recuerde allá en ese tiempo que fui ésta que fui ésta y se me presente claro clarísimo lo que debería haber hecho hoy y no hice.






Los fragmentos en cursiva pertenecen al Manifiesto Comunista, texto compuesto por Carlos Marx  y Federico Engels en 1848


un espectro
se cierne sobre europa
contra este
han conjurado en santa jauria todas
las potencias el papa y el zar
los radicales y polizontes

contra este y su oeste han cernido conjurado estos
aquellos
santa jauria despendejada belfast
dentella destellos chapas vacias
pinzas inmobiliarias
todas las potencias
amontonada montonera
bigote falso radio operador
espia.

los horizontes se han redistribuido
los bordes
camarada herr profesor
no es tan facil hoy mensurar
de donde esta viniendo la santa
la jauria
el tropel del oropel
de estancia y papua los radicales
zalema ¿ azar? la ultraderecha
 y la policia federal
de espolon y  boca abierta.





y el espectro de diente
cariacontecido de epilepte baba
de paco engendrado en pestilente prole patria
pus de la poderida infeccionante patria
patre que escalpe escinde descuaja
persigue
en patota nocturna a las zarandeadas esquirlas de su radiante bomba
latino liberal.

todas las potencias mediaticas medeas
todos los tubos fluorestaticos de alta tension tiritantes
babean de esponsores multiplicarios arghhh
empujan sonrientes la ficha del borde
 caemonos arrastrando el integro mantel
desintegrados.

y los medios las vedettes
los conductores la ultraderecha los social democratas
los comerciantes la policia el ejercito
 los represores las modelos los secuestradores
los dueños de casas de fin de semana los veraneantes
los jueces los dueños de casas los intelectuales los colectiveros
 los docentes los cantantes de rock las vecinas los bienpensantes
los politicos los gobernantes
 los periodistas serios
los porteños
los dueños de casa.


(Fragmento del libro  La Capital  , en preparación por Editorial Vox)




Celeste Diéguez , Chascomús, reside actualmente en Barracas, Buenos Aires.
Material editado: La enfermedad de las niñas,  Pajarosló Editora . Participó en las antologías Poesía Manuscrita 2 y  Mangueras rojas y azules y  en Color Pastel.

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