Cuentos Reunidos, de Felisberto Hernández






Entre las manos, los ojos y la memoria

Por Perez Artaso Ariana
“Lo más seguro de todo -sentencia Hernández en `Explicación falsa de mis cuentos`-  es que yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda.”

Felisberto Hernández nació en Montevideo, Uruguay, en un ya lejano 1902, y hoy es considerado uno de los exponentes más brillantes de su país.

Fue pianista y compositor, escritor y taquígrafo. Estuvo casado unas cuatro veces y otras tantas jugó el papel de amante.

Entre todas estas cosas, a Hernández le nacían personajes fantásticos a los que supo conocer hasta en detalles increíbles: mujeres enormes enamoradas del agua, hombres que gozan de palpar en la oscuridad objetos y rostros para luego adivinar su procedencia o pianistas ciegos que hablaban su mismo idioma, en un Uruguay de otro siglo.


El mundo narrativo de Hernández roza la dulzura de minuciosos recuerdos vistos desde los ojos de la niñez, y nos deja la interminable duda del devenir de sus personajes. Seres aquéllos que saben observar pero no contar su historia de inicio a fin. El lector se verá obligado a inventarles a todos una vida, en la que deberá encastrar los cargados relatos de Hernández.

Sucedió que en una época - cuenta Elvio E.Gandolfo, encargado del prólogo del libro Cuentos Reunidos, editado por Eterna Cadencia Editora en el año 2009- “se podía gozar de las obras completas –de Hernández- organizadas para Arca por José Pedro Díaz (que fue su amigo y discípulo) primero en seis tomos y después en tres. Más adelante hubo ediciones fuera del Río de la Plata (…) Desde hace años los lectores argentinos quedaron desprovistos incluso de aquellos viejos ejemplares de saldo, ahora convertidos (…) en inhallables obras bibliográficas. O maniatados ante las recientes ediciones en Montevideo, plagadas de erratas y con una tipografía antilectura (…) De allí la importancia crucial de esta edición de Eterna Cadencia Editora, que pone después de mucho tiempo al alcance de los lectores buena parte de su mejor obra”.

Dicha edición reúne en orden cronológico –según su fecha de publicación- ocho de sus detallados cuentos, plagados de recuerdos y sensaciones que dejan al lector sumergirse en un universo que mucho tiene de fantástico y de ensueño.

Entre ellos, se destaca uno de sus textos más extensos: “Por los tiempos de Clemente Colling” (´42), junto a relatos bellísimos como “Nadie encendía la lámparas” (´47), “Menos Julia” (´47) y “La casa inundada” (´60), entre otros. Sorprende, eso sí, la ausencia de su impresionante “Las Hortensias” (´49)

Además, se incluye el texto “Explicación falsa de mis cuentos” (´55), publicado originalmente en la revista La Licorne, en el cual Hernández devela, mentirosamente, según advierte su título, cómo se desarrollaban sus procesos creativos:

“Obligado o traicionado por mí mismo a decir cómo hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos -aclara el autor-. No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por la teoría de la conciencia. Esto me sería extremadamente antipático. Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos no tienen estructuras lógicas.”

Así, los cuentos de Hernández escapan de las estructuras clásicas. Tomaron la forma de una planta en la que su autor deseaba o presentía hojas de poesías. Poesías plagadas de filamentos metafóricos y sostenidas por verdes troncos que supieron retorcerse y juguetear sobre las múltiples formas del lenguaje.

Para ver más sobre el autor, entrar en: Felisberto Hernández.


Detalle:

Título: Cuentos Reunidos.
Autor: Felisberto Hernández.
Editorial: Eterna Cadencia Editora.
Páginas: 352.

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