Caprio y Cia de Jorge Ricci










Por Nico Pose


Milton y Margaret, dice él; Margarita, me llamo Margarita, le dice ella, mientras ambos bailan en un boliche que podría estar ubicado tal vez en cualquier lugar del conurbano, y por qué no, en la Capital. Milton tiene una voz gruesa, exclusiva de un canalla entrenado para ganar mujeres y pelarlas como si fueran pollos de corral. Ella le aclara que vive con su familia. Milton retrocede, lo que para él parecía ser una buena noche, por lo fácil de la entrada, de repente, se torna difícil. ¿Y cómo explicar que cuando Milton le pide tres mil dólares, Margaret se los entrega porque confía en él, y porque además dice llevar ese dinero y sus ahorros en la cartera ya que de lo contrario se lo robarían en su casa?

Mientras bailan, y Milton no se cansa de piropearla, ella confía y desconfía. Claro, todo era una farsa. “Vos sos Caprio, no sos Milton”, dice ella llegada la oportunidad. Es el encuentro de dos estafadores.

Con una escenografía simple con dos mesas donde ambos esperan pacientemente antes de comenzar la charla, el bolichón siempre se mantiene activo gracias a la música latina que transcurre durante toda la obra. Perfecto lugar para que los giles caigan en la trampa, la obra muestra la gran seducción de los estafadores criollos, y juega con lo que pasa cuando se encuentran dos que pertenecen a la misma calaña. Al principio, Margaret lo pone a prueba a Caprio sin que éste sepa quién es ella. Luego, a medida que transcurre la conversación, ya con todas las cartas echadas sobre la mesa, se van enamorando-¿realmente o por conveniencia?-. Surge la posibilidad de hacer un negocio. Una empresa, dice Milton, que ya tiene todo en la cabeza, de cómo podrían desplumar turistas, a lo grande, dice Milton, y con todo el entusiasmo pegado a su cuerpo imagina la escena: cómo la entregaría a Margaret a un turista, y cuando él entrara en la habitación del hotel donde ella yace junto a el turista, le podría reclamar con tranquilidad cierta cifra para que no cunda el pánico. Milton se imagina el cuadro a medida que se lo narra a Margarita, los ve a él y a ella bailando abrazados en uno de los hoteles más caros, se siente como Perón junto a Evita, Carlitos Gardel les muestra su sonrisa perfecta mientras canta un Tango. Aunque Carlitos ya estuviera muerto antes de que el General conociera a Eva en el Luna Park, todo entra en el imaginario de Milton, y Margaret soñadora se deja llevar por las suaves palabras de éste.

De esta forma, la obra de Jorge Ricci, juega con los sueños de estos dos estafadores de medio pelo, que en medio de la noche, comienzan a imaginar un destino de grandeza, donde los sueños están a la vuelta de la esquina, y donde el imaginario peronista es referente obligado en aquellos que aspiran a escalar desde su condición de marginados.


Ficha técnico artística

Autoría: Jorge Ricci
Actuan: Beatriz Dos Santos, Carlos Vanadia
Vestuario: Nora Churquina
Escenografía: Nora Churquina
Iluminación: Oscar Canterucci
Diseño gráfico: Ivana Molinari
Prensa: Tehagolaprensa
Producción ejecutiva: Claudio Santibañez
Dirección: Susana Di Gerónimo


TEATRO DEL PASILLO

Colombres 35 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4981-5167
Web: http://www.delpasilloteatro.com.ar
Entrada: $ 30,00 y $ 20,00 - Sábado - 21:00 hs - Hasta el 29/05/2010

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