Un Payaso distinto




El payaso Chacovachi en el circo del aire


por Nico Pose


En la larga cola que hay para ver al payaso Chacovachi, se nota cierta ansiedad en los que esperan, entre ellos niños. Un hombre sale de entre la masa de personas que obstruyen la visión en ese largo zaguán repleto y cuelga en la pared, a metros de la entrada, un cartel luminoso que dice ¨Circo¨.

Adentro hay un clima más de partido de fútbol que de teatro. Distensión, pero sin silencio.

Primero aparece el presentador, bailando graciosamente música balcánica. Luego de hacer una serie de chistes, presenta a Maku. Lo novedoso de Maku, es que es una payasa. Yo nunca había visto una payasa, no profesional, claro. Maku se comunica con las personas a través de gruñidos, y levanta los puños en alto como para darse mayor confianza cada vez que realiza un número. Los números de Maku se centran en la destreza física, y en determinados malabarismos, como lo demuestra a la perfección el número de las bolitas de cristal girando entre sus manos. Maku no habla mucho, su comunicación con el público se da más a través de sus números, y de la mímica payasesca, todo lo contrario de lo que sucederá después con Chacovachi.

En el descanso, mientras la gente aprovecha para salir a fumar, comprar unas empanadas o tomar una gaseosa, el presentador mira atónito a un chico que está encantado con un globo. Ver la cara que éste pone fuera del espectáculo, da la pauta que el descanso también es propicio para hacer reír a quien lo mire en ese instante.

Finalmente, luego de que lo presentan aparece en escena el payaso más esperado. Chacovachi no es un payaso común, es un payaso que interactúa mucho con la gente, que odia a los niños, impolíticamente correcto, que reflexiona sobre su forma de hacer humor mientras actúa, introduciendo en su discurso su condición de payaso tercermundista. No hace muchas piruetas, es sobretodo discursivo, y se aprovecha de ciertos números para reflexionar acerca del poder, de Dios, parodiar a la religión y las sectas, y criticar al conformismo. Así, por ejemplo, reflexiona sobre el poder con una torta de crema entre sus manos, y se pasea entre la audiencia, jugando con el suspenso y el temor de las personas de que esa torta pueda terminar en su propia cara. Su originalidad radica en esa fusión entre su manera de hacer humor, agregar payasadas clásicas, y al mismo tiempo darle un matiz político al espectáculo que presenta. Es como si Chacovachi nos dijera que el humor no sólo es para reír, sino que si uno se lo propone, también puede hacer reflexionar, y hasta transmitir una visión política del mundo.

Luego de cinco años de ausencia en los escenarios porteños, Chacovachi está de vuelta.

Únicas 5 funciones en Buenos Aires
Sábados de agosto a las 21 horas
Circo del Aire: Perú 856 - San Telmo
Reservas e informes: ringoproducciones@gmail.com
Valor único de la entrada $20 (con derecho a los 2 espectáculos)
www.chacovachi.com / www.makujarrak.com.ar



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