Chiquito, de Luis Cano

Por Ignacio Santillana



Hay palabras que tienen más de un significado. Este el caso de dado: tenemos “el dado” y “lo dado”. El primero sirve para jugar y divertirse con el azar. El segundo significado es algo más complejo: hay algo que es dado, puede ser un regalo, un nombre o una persona. Entre esta dicotomía flota Cascarita, que, según Chiquito, fue dejado en la puerta de su casa cuando aún era un bebé. Chiquito lo encuentra y juega, con ese que le fue dado, como si fuera un dado.
En el medio, Cascarita se busca, quiere saber quién es, de dónde viene, quiere dejar de ser una cascarita que surca el aire balanceándose, e intenta sobrevivir en esa familia-frankenstein, que es completada por la Enfermera. Este es un ejemplo de esas familias que nunca debieron haberlo sido y que si en definitiva lo son, es porque comparten un techo y una cotidianeidad, y no mucho más. Hay un jefe de familia: Chiquito, militar retirado devenido padre; está la Enfermera, que hace las veces de madre y, aunque se esfuercen por negarlo, está también Cascarita, ese hijo que se siente absolutamente ajeno a esa atmósfera hostil y degenerada. Juntos encarnan un ambiente autoritario y burlón, y recrean así la Argentina de los setenta. Acá la burla es utilizada como un medio de comunicación.
Los personajes de Chiquito, son dueños de una ciclotimia exasperante, situación bien resuelta por las tres sólidas actuaciones. Estos personajes pueden pasar de los abrazos y los chistes, a la violencia física prácticamente sin transición, a veces sólo hace falta una mirada o un silencio. Chiquito es una de esas obras en las que pasado y presente se superponen constantemente, enrareciendo la escena y generando una tensión que termina haciéndose insostenible, una tensión que explota, o mejor: implosiona, porque salvo por breves insinuaciones, pareciera no haber más que lo que contienen esas paredes.
La puesta de Analía García, que forma parte del Proyecto Espectacular de la Licenciatura en Dirección Escénica del departamento de Artes Dramáticas del IUNA, deja un perfecto equilibrio para que el texto se desarrolle sin problemas, y para que los actores y los objetos interactúen en su justa medida.

Ficha técnico artística











Dirección: Analía Fedra García

La Carbonera, Balcarce 998. Reservas: 4362-2651. Domingos 18hs. Entradas $20. Jubilados y estudiantes $15




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