KAHUN OTHULA LAGUZ
Como yo estrangulé a los tulipanes,
Él estranguló a una mujer,
Esa noche el cielo se acomodó sobre un cogote
Como un colapso el clima cedió dócilmente.
Frente a la mañana que punza se agrandaron las grietas
/ los puños cerrados del recién nacido sobre la hornalla./
Tu abdomen se contorsionó pálido
como el ojo de un dios que observa todo desde un ombligo.
Te estás sosteniendo tranquila el azabache de las pestañas
él sigue enmarañado a tu garganta
ascendiendo a pequeños pasos con su miembro inmóvil
-sin avisar si el sol sufre otro paro cardíaco-
El tiembla encima y no habla de lastimaduras,
Tampoco sabe si sería capaz de magullar,
Mientras cuenta tus dones como perlas que podría poseer
yo me agazapo profunda en la ostra del pecho buscando aire puro,
Oníricas promesas de azufre que nos masturben el corazón.
Toda la noche buscaron un cuerpo junto al acantilado,
pero no pudieron hallarte.
AHOGADOS
En esta noche -presencia- en la que me sedimento,
me pienso en la pavura que camina desde vos,
tras la noche azul, imperceptible,
entro callada en tus aguas
-aguas venidas desde la desgracia y el desamor-
seco la sangre del interior de tus venas
-allí donde las excoriaciones hacen el amor con las cenizas-
dentro del decorado del pecho donde los peces aún devoran
ángeles inquietan las superficies que la voz no dice,
-pero tampoco nadie dice tus labios-
todavía detrás de este error,
hay una vos que se asfixia
hay un sol que se cae
-el océano es profundo y yo estoy llena de sangre-
tu sombra grita en voz baja que la están prendiendo fuego.
Es el horizonte sin ojos, hijo mío.
Todavía estoy trabando amistad con tu garganta que tiembla.*
FLOR EN LLAMAS
Siento la tristeza
de tender la voz
hacia el que me llama.
Por única vez en mi nombre
asisto
a este cementerio de luces
a este encuentro de tenerme
atada a un crepúsculo sin presencia.
Es mi cuerpo que baila
azul celeste y de todos los colores
sobre todo lo negro
lo estéril
lo fragmentado
la sed sin reposo y sin sed
un grito que me abandona en mi pobreza de ángel
en mi idioma lleno de hongos y escudos.
Es la noche que baila sin mí
donde yo muero
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