MAS QUE NUNCA de Carolina Tisera

-Teatro-

La desilusión de esperar al mismo hombre

Por Nicolás Pose


Imagínense a seis mujeres que no se conocen encerradas en un mismo lugar, y que, además, no pueden salir. Así es como se encuentran las protagonistas de Más que nunca. Si bien la primera reacción es el desconcierto, el pánico, acompañado por los gritos, luego comienzan a conversar y a conocerse. El clima para conocerse es perfecto, hay intimidad, la intimidad que les brinda una espera que no saben cuánto tiempo puede durar. Se descubren, se pelean, se desconciertan, enloquecen, pero finalmente descubren que lo que las une no es sólo la espera por salir de ese lugar, sino que también están esperando a un mismo hombre: Jáuregui. Mientras se conocen van arrastrando durante la obra desde sus miserias personales hasta otro sentimiento que las une: la desilusión. La desilusión de esperar al mismo hombre, la desilusión de desearlo aunque no sepan si ese hombre va a llegar, y la desilusión de sospechar que todos los hombres podrían llegar a engañarlas como Jáuregui. Ese hombre puede representar el desengaño que sufren las mujeres con todos los hombres. La desilusión, el engaño, la representación de todos los hombres puestas en ese hombre que no aparece flota en el ambiente que van creando las protagonistas en sus parlamentos. Ellas, siendo quién son, están unidas por lo mismo, siendo totalmente diferentes. Por eso, las seis protagonistas funcionan como arquetipos de mujer: la mujer loca; la mujer liberada que se enorgullece de acostarse con todos; la “Señora”, un ama de casa que mira a las demás como boluditas porque ella plancha, cocina, lava y está segura que cumple la verdadera función de la mujer dentro de la sociedad; la jovencita, soñadora, que aún confía en los hombres, manteniendo su inocencia a flor de piel, y que durante toda la obra escribe sobre la pared sin tener la necesidad de hablar como las demás; la mujer con la actitud dura y reacia del hombre, con su voz tanguera y su figura guarra; y por último, la chica tierna, inocente. Todas están juntas por la misma desilusión, algunas veces peleando, otras, consolándose; y lo bueno es que el espectador le presta atención a diferentes movimientos dentro del mismo escenario. Ya que, mientras dos hablan, otras están hojeando un libro, y otras en otra cosa. Los personajes se mueven naturalmente, y no hay ninguna que sobresalga sobre las demás. No hay protagonistas, o en todo caso, las protagonistas son las seis.
Entrecruzando el drama con la comedia, la obra es un feliz experimento donde su directora, Carolina Tisera, satura de poesía a la pieza al cruzar en los parlamentos de sus personajes textos de Marossa di Giorgio, Manuel Puig, Adelia Prado, Dorothy Parker, Roberto Arlt, unidos en la trama a través de la escritura de la misma Tisera. El experimento es original, y funciona bien, porque los parlamentos son fluidos y las citas de los textos pasan desapercibidas si uno no las conoce. Todo encaja como un rompecabezas. La obra se nutre de muy buenas actuaciones, destacándose la mujer loca, con una gestualidad a la altura del personaje. Es una obra muy recomendable para aquellos o aquellas que quieran introducirse de una bofetada, sin ningún tipo de histeria, dentro del universo femenino.


Más que nunca sobre textos de Manuel Puig, Marossa di Giorgio, Adelia Prado, Dorothy Parker, Roberto Arlt y Carolina Tisera.
Intérpretes: Lucía Stella, Maribel Outeda, Verónica Seara, Corina Bitshman, Marcela Perez y Malena Guinzburg
Diseño y realización de escenografía: Jorge Costessich
Iluminación y fotografía: Sergio Costessich
Vestuario: Carolina Tissera
Peinados y Maquillaje: Peluquerías Walook
Asistencia de dirección: Sergio Costessich
Dirección coreográfica: Luciana Spadafora
Dirección: Carolina Tisera
En Puerta Roja, Lavalle 3636. Funciones: Viernes 22:30hs.

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