“¿Hola? ¿Quién? Jah, ¿¡qué hacés bala?! ¿Todo bien? Sí, acá todo tranqui… ¿Feliz qué? Pero dejate de joder, esta época es cualquiera. Es todo un invento… ¡Claro que armé arbolito, compramos uno nuevo que tiene dos metros y medio! Pedimos el más grande y nos trajimos ése. Después acá no lo podíamos armar, porque el techo es bajito, así que cacé el serrucho y le saqué un pedazo… Y, un metro y medio más o menos. Pero es todo una gilada, el árbol y esas cosas. También tengo pesebre nuevo, cuando vengas te lo muestro.
¿Podés creer que en el laburo casi no hacen fiesta? Unos terribles canutos… Al final hicieron; con música, juegos de equipos y todo eso, pero me pareció una boludés, esa guita me la podían dar y la uso como quiero, ¿no?.. ¿El trabajo? Bien, ahí anda; falta compañerismo, no sé, algo que nos una. Claro, si termina el día y cada uno raja para la casa. Recursos Humanos tendría que hacer alguna pavada para que estemos más juntos, qué sé yo, están más al pedo esos.
¡Cómo vamos a comer frutas secas si nosotros estamos en verano, gil! No aprendés más vos, sos re yanqui. Esas cosas tienen muchas calorías… ¡acá hace calor!... ¿Nosotros? Un lechón de 10 kilitos para chuparse los dedos.
¿Y Papá Noel sabés por qué se viste así? ¡Por Coca Cola! Hay que leer un poco, macho. En realidad era un santo ruso… San Claus o algo así. No hay que dejarse engañar: entrás, comprás todos los regalos y de vuelta a casa, hay que evitar ser víctima del marketin´… No te hablo más porque me tengo que ir a bañar para ir a misa. Un abrazo… Sí, sí, feliz navidad, jah, ay diosito, vos sos re crédulo”.