Muñeca de Armando Discépolo



Por Nico Pose





De la misma manera en que comienza, es como termina esta genial obra de Armando Discépolo.

Al principio lo vemos a Anselmo llorando desconsolado y borracho en su mansión: Muñeca se fue, y además está con otro. Anselmo, que se siempre se ha sentido irremediablemente feo, sólo ha sabido consolarse con mujeres que se han atado a él gracias a su fortuna.
La confesión es tan pura como el alcohol etílico, como la sinceridad que aflora cuando la máscara es arrancada por el alcohol ingerido. Y así está Anselmo al principio, deshecho, mientras su mayordomo oficia de escucha; sin embargo, a éste sólo le interesa aprovechar la debilidad de Anselmo para ver si puede convencerlo para viajar nuevamente a Europa. Le ruega, le dice que en Buenos Aires todo es tristeza y amargura. Posteriormente, sus amigos, una corte de aduladores, tratarán de sacarlo de esa tristeza que no tiene fin, alentándolo con diversas fiestas con mujeres, repletas de alcohol, pero nada de eso ya funcionará, porque para Anselmo la frivolidad ya no puede sustituir al amor.
El grotesco criollo ha hecho una de las aportaciones más novedosas en la historia del teatro argentino. Basta comprobarlo cuando, sorpresivamente, esta obra de la segunda década del siglo pasado aún sigue manteniendo vigencia.
La obra que nos convoca no tiene una historia muy original: un mujeriego ya viejo, que tiene el karma de sentirse feo, se enamora. Y de repente, a su edad se encuentra sintiendo el amor como nunca antes lo había sentido, y claro, sufre mucho.
Lo esencial son los caracteres, tallados con pinceladas de tipos, pero que funcionan tan bien que nos conmueven.
En esta nueva puesta de Muñeca los actores que fueron elegidos son los que hacen que este clásico funcione a la perfección, ya que, cada uno encaja a la perfección en el personaje que le toca representar. Hallazgo de las directoras, haber dado con las caras y las muecas justas para cada personaje.
No puedo dejar de remarcar la original bienvenida antes de que comience la función: todos somos recibidos con una copita de vino, mientras personas del elenco cantan tangos a capella preguntando a los presentes si quieren participar.
Tengo que decirlo, en general, las obras que pone en cartel el teatro Delborde, nunca nos defraudan, y Muñeca no es la excepción.
Para cualquier clase de público, y para los fanáticos de ese grotesco nuestro-con muñeco incluido-, Muñeca nos deja ir a dormir tranquilos aún siendo trágica, porque el gusto de haber visto una gran obra, emociona, y sentimos que hemos ganado un tiempo valioso.

Ficha técnico artística

Autoría: Armando Discépolo
Actuan: Antonio Bax, Uki Cappellari, Inés Echavarría, Carlos Gonzalez, Celina González del Solar, Armando Gabriel Lazarte, Gabriel Nicola, Yazmin Schmidt, Eugenio Soto, Marcelo Velázquez
Cantantes: Celina Contín
Músicos: Fernando Dieguez, Alejandro Guerschberg, Fernando Lerman, Gustavo Liamgot, Leandro Savelón
Vestuario: Cecilia Zuvialde
Maquillaje: Cecilia Zuvialde
Diseño de escenografía: Cecilia Zuvialde
Diseño de luces: Eli Sirlin
Realización de escenografia: Fernando Leiva
Música original: Fernando Lerman
Fotografía: Pablo Stubrin
Diseño gráfico: Verónica Duh
Asistencia de escenografía: Rocio Di Nucci
Asistencia de vestuario: Rocio Di Nucci
Asistencia de dirección: Luciana Brillantino
Prensa: Tehagolaprensa
Producción ejecutiva: Liliana Demaio, Teresa Sarrail
Producción: Graciela Rodriguez
Dramaturgista: Candelaria Sabagh
Dirección: Teresa Sarrail, Sandra Torlucci

DELBORDE ESPACIO TEATRAL
Chile 630
Capital Federal - Buenos Aires - ArgentinaTeléfonos: 4300-6201
Web: http://www.delborde.com.ar/
Entrada: $ 35,00 y $ 25,00 - Viernes - 22:30 hs - Hasta el 27/08/2010

Dirección:

jimenarepetto@gmail.com

Ariana Pérez Artaso
capullodealeli@gmail.com

Equipo de redacción:
Marilyn Botta
Carmela Marrero
Guido Maltz

Diseño y moderación:
Pablo Hernán Rodríguez Zivic
elsonidoq@gmail.com

Las opiniones expresadas en los artículos y/o entrevistas son exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Revista Siamesa