Las Tejedoras, de María Fernanda Catullo.
A dos agujas. El arte de tejer y de gustar.
Por Perez Artaso Ariana
El pasado sábado 13 junio se estrenó en el Mimoteatro Escobar – Lerchundi, Las Tejedoras, obra escrita por Darío Semino y dirigida por María Fernanda Catullo, tejiéndose en el escenario y desplegando su belleza.
Poco queda por decir. Cuando una buena historia se junta con excelentísimos actores, cuando el guión es fluido e inteligente, todo se da –redondito-, y uno disfruta de una gran obra.
Las Tejedoras, dirigida por María Fernanda Catullo y escrita por Darío Semino es una pieza de encastre, un rompe cabezas, un mecanismo de relojería en el que todo funciona: algunas manivelas generan suspenso y nos intrigan, ciertas roscas nos distraen y hacen seguir caminos que, para nuestra sorpresa, no son correctos ni errados. Tornillos, ajustando cada pieza, nos hacen reír y disfrutar. La maquinaria de esta obra es completa y eficiente; a Las Tejedoras no le falta nada porque en cada movimiento nos da todo, con esa generosidad que tiene el arte y que a veces –por mezquindad, distracción o falta de gracia- se nos pierde; desencuentro recurrente entre artistas y públicos.
Pero en esta casona derruida y habitada por Angélica e Isaura –o Catalina, quién sabe a esta altura-, sólo se dan reconfortantes encuentros: miramos, porque ciertamente tienen algo que decir, algo que mostrar; el buen teatro en el escenario.
Las dos mujeres, hermanas –por lo menos en apariencia-, pasan sus tardes intentando recordar un pasado intermitente. Tejiendo para vivir, entre supersticiones, interpretaciones de sueños, libros por fin leídos y algún que otro ladrón puntual -pero invisible-, los personajes nos internan en un mundo místico, paranoico y testarudo que, entre pantuflas y a dos agujas, nos atrapa como la manta con la que los demonios de estas tejedoras envuelven sus cuerpos, haciendo de lo conocido la inmersión en un confuso infierno.
Los mil fantasmas que habitan la casa, las mentes y la puesta toda, afilan desde un comienzo sus agujas, marcándonos el pulso de un corazón que no se acelera, y el latir de un tiempo que no pasa. Son ellos los que nos hacen pensar que ésta puede ser una obra psicológica. Difícil de encasillar, Las Tejedoras narra la historia de una misteriosa -y por algunos ambicionada- herencia en manos de Angélica, manos que tejen y destejen, generándonos la duda. La locura y la cordura se anudan en sus hilos que en vez de lana, parecieran estar hechos del material de la desgracia: amnésico y latente, como todo secreto.
Y poco queda por decir, porque cuando una obra resulta, resulta y no hay más vueltas.
Dónde: Mimoteatro Escobar – Lerchundi. Defensa 611.
Cuándo: Sábados, 21.30 hs.
Cuánto: 20$.
Ficha técnica.
Autor: Darío Semino.
Dirección: María Fernanda Catullo.
Elenco: Nadia Cantó, Nicolás Gallo, Luisina Lorenzo, Victoria Montanaro.
Estefanía Revas y Diego Semino.
Prensa: Castillo – Arango.
Diseño gráfico: Victoria Montanaro.
Diseño web: Alesia Cavedale
Fotografía: Agostina Centurión.
Diseño de sonido: Diego Montanaro.
Diseño de vestuario: Compañía Teatral Arteludovica.
Diseño de luces: Compañía Teatral Arteludovica.
Asistencia de producción: Matías Palumbo.
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