Jimena Repetto



Los Patos

Los patos, contra la física
levantan las alas y vuelan.

De lejos, son sombras negras
que podrían cubrir un palacio
o trazar rutas
por las que ningún ser jamás transite.

Después aterrizan en una laguna,
supongo, a remojar sus plumas
verdes o azules
brillantes, me contabas.

Yo te creía 
que ellos podían cruzar montañas, continentes 
creía en eso con la fe y la certeza
con la que veía a la tierra humedecerse
y mojaba los pies en los charcos de julio.

Íbamos por la ruta
y un pájaro se estrelló contra el vidrio.

Paramos.

Los patos esquivan el sol
son inmortales
dijiste mientras esperábamos
que viniera el auxilio.

Cayó en pleno vuelo
así haya estado entre las nubes más blancas.

Cuando llegó el remolque
con tres hombres y cadenas
nos llevaron al pueblo más cercano
y me contaste sobre los patos
que nadaban en una laguna
no te atrevías a tocarlos
y yo alimentaba sus picos naranjas.

El pájaro quedó en la ruta,
cambiaron el vidrio en menos de dos horas.

Los patos viven para siempre
contra la física
en los días de sol, creía.

Un pájaro cualquiera
cae en un giro
del auto que lo lleva por delante
con dos personas antes de alejarse
como si nunca nada hubiera sido.




Así mueren mil peces

Adelante atrás adelante
los pescadores
batían sus brazos fuera del agua
y lanzaban las carnadas.

Esperaban pacientes
que la superficie del lago se moviera
y el hilo se tensara
para sacar el almuerzo.

Los peces boqueaban
lejos de sus casas
de sus amigos
de la tersura del agua y saltaban.

Vos decías que sólo ellos
bailaban su muerte
yo pensé que nunca se veía
morir peces en el agua.

Igual que nosotros ante el fin
para evitar el dolor
nos alejamos.

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